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Opinión

35 años después

35 años después

Por Cristhian Acosta Guzmán Miembro de la Junta Departamental del Tolima de la Unión Patriótica.


El compromiso con el pueblo, con sus luchas y sus causas, lo llevaron a convertirse en el máximo dirigente de la Unión Patriótica, es así como se recuerda a Jaime Pardo Leal.

El hombre con la voz imponente, siempre tan contradictoria a un Estado que día a día perseguía a los suyos, a los nuestros, sin importar los ríos de sangre que estos se derramaran por los sedimentos de nuestro territorio.

Su franqueza y humanidad lo llevaron a ser esa persona distinguida entre la multitud, un líder de las causas sociales y por supuesto, su compromiso con la política lo llevaron a ser un gran dirigente de izquierda. Para la época todas las personas del país de norte a sur, habían escuchado los grandes discursos, jovialidad digna de unas carnes recias que se estremecían ante las injusticias que ocurrían en un país que pedía a gritos la paz.

Era de conocimiento nacional las calidades que traía bajo sus trajes y lo importante que era él como sujeto político para la democracia colombiana. Un hombre tan perseguido por un Estado que se refugiaba en el paramilitarismo para cometer fechorías y mantener ese status quo que solo sostenía que las riquezas quedaran en ciertas manos y condenar a su pueblo a décadas de pobreza y muerte.

Prefería conducir su camioneta solo o en el peor de los casos llevaba a alguien que lo acompañara, comprendía que la seguridad era una cuestión de dignidad, de integridad, más no de números de personas, pues también criticó de manera veraz la ampliación del pie de fuerza armado de Colombia.  

Todo un gran líder perseguido por más de 150 grupos paramilitares que se encontraban distribuidos por todo el país, y fue así como un 11 de octubre de 1987, hace 35 años tres hombres en un carro Renault azul dispararon contra del vehículo en donde Jaime se movilizaba con su familia y lograron arrebatarle la vida.

Después de él fueron cientos y cientos de militantes de la querida Unión Patriótica que fueron silenciados, exterminados, desaparecidos sin la oportunidad de volver a verse con sus familias, con su pueblo que tanto amaban y por el que dieron la vida.

Es sorprendente la historia, ¿No creen? Aquello que ocurrió los órganos internacionales no negaron que fue un genocidio, todo un holocausto. Los recuerdos quedan en sus sobrevivientes, en quienes llegamos después con intenciones de lograr un cambio, con un alma joven y revolucionaria cargada de sueños y esperanza, buscando una manta amplia y limpia donde la decencia y el honor fueran los hilos con que esta se bordara, esto y más es la Unión Patriótica.

En conmemoración al Genocidio contra la Unión Patriótica, en honor a las y los militantes quienes dejaron su vida por buscar un nuevo mañana para Colombia, para quienes llegamos después y para el militante del Tolima, luchador aguerrido de la Unión Patriótica quien partió de este mundo terrenal Jorge Noel Robayo.

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