El Miércoles de Ceniza los católicos celebran el inicio oficial de la Cuaresma, es decir la cuenta regresiva para el inicio de la Semana Santa (25 de marzo). El Miércoles de Ceniza es el primer día de los 40 que hacen falta para la celebración de la Pascua.

El Miércoles de Ceniza llega con algunas tradiciones que los colombianos tenemos desde niños. A todos los colegios iban los padres a imponer una cruz tibia de ceniza. “Polvo eres y en polvo te convertirás”, dice en el libro del Génesis de la Biblia.

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Este día, que para algunos católicos es de ayuno y abstinencia, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a misa. Algunas congregaciones se acercan hasta instituciones oficiales y colegios para realizar el rito y que las personas puedan seguir con su jornada laboral.

La ceniza que se pone en forma de cruz sobre la frente de los creyentes se fabrica a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior. Significa la caducidad y lo efímero de la vida humana.

Tradicionalmente la celebración inicia muy temprano con una procesión. Al terminar la procesión los feligreses entran a la iglesia de nuevo se leen los versículos de Joel 2, 12-18; Salmo 50, 3-6.12-14.17; 2 Corintios 5,20 - 6,2, lo cuales recuerdan el sentido efímero del hombre, los sentimientos de penitencia y arrepentimiento de los pecados.

Luego los feligreses proceden a recibir la ceniza en sus frentes, mientras el cura pronuncia una de estas dos frases sacadas de las escrituras:

• Convertíos y creed en el Evangelio (Mc. 1,15)
• Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás (Gn. 3,19)

Es una costumbre que se la ceniza no sea lavada, sino que se caiga con el tiempo.

El origen de la tradición es bastante remoto. Los pueblos de Oriente Próximo acostumbraban a cubrirse la cabeza con ceniza en señal de luto. Algunos sacerdotes recomiendan confesarse, aprovechando el tiempo de reconvención.

Lo cierto es que el día de hoy es normal ver personas con la cruz de ceniza en sus frentes, algunas veces ya desvanecidas, mostrando su conciencia de la nulidad de los seres humanos frente a su creador.