Las noticias del ministerio de Cultura para Carlos Mario Rojas no pudieron ser mejores. El 29 de marzo de este año recibió la resolución 824 por medio del cual autorizan la aprobación del proyecto cinematográfico Manuel, largometraje que será grabado en Chaparral en su mayor parte, y exteriores en París, Roma y el Cairo.

La tarea más difícil comienza ahora, está en la búsqueda de inversionistas que le apuesten a la cultura, siendo esta una gran oportunidad desde lo tributario para los empresarios. Por cada 100 pesos podrán deducir de su renta el 165% de lo invertido.  El costo total de la película asciende a 3 mil millones de pesos. En el año de producción generará empleo directo a 50 personas. Durante su rodaje en Chaparral, con el uso de extras y demás 700 personas lograrán ubicarse ese mes.

Los recursos no llegarán a la cuenta personal de Carlos Mario, existe una fiducia responsable de la administración de los dineros, eso que en la misma resolución están desagregados, generando confianza dentro de los inversionistas a la hora de apostarle al megaproyecto.

Manuel es la historia de un niño diferente, uno que lee, que se apasiona por la pintura, por la música, que interpreta el mundo a partir de la fantasía. Pero sus virtudes en el desarrollo de la trama se convierten en problemas cotidianos al no ser parte de esa masa que mantiene atrás de los celulares leyendo emoticones. La música incidental tiene una alta probabilidad de ser ejecutada por la Banda Sinfónica de Múnich, entre muchas melodías estará la más grande de Chaparral, la Sombrera.

Su escritor y director, Carlos Mario, nació en Chaparral en 1980, hace parte de una familia conformada de padres maestros. Aprendió el piano gracias a un estudiante de su padre, Marco Tulio Cardozo y técnicas de partitura con Sandra Beatriz Moreno. Viajó a Europa en enero de 2001 graduándose como musicólogo.

Para el año 2012 viajó a Boston, Massachusetts, donde se radicó durante 5 años. Con su quinteto de Jazz tuvo la oportunidad de realizar diferentes presentaciones en universidades tan prestigiosas como Harvard o Stanford. Su amor por la música colombiana fueron reconocidos por la alcaldía y el concejo de Boston, que exaltaron su labor a través de sendas condecoraciones.

Regresó a Europa donde siguió haciendo lo que sabe hacer: producción musical, de comerciales de televisión, cortometrajes, con experiencias exitosas como Miss Italia o el festival de música de Roma. Su reto ahora es un largometraje con el que espera rendir tributo a su tierra, esa que lleva en el corazón así este en el último rincón del mundo.