Los ríos de gente que disfrutaron del desfile internacional y nacional en la cuadragésima quinta versión del Festival Folclórico Colombiano terminaron satisfechos. Desde el inicio del sonar de las tamboras en el hotel internacional Casa Morales en el tradicional barrio la Pola y en su recorrido por la carrera Tercera y avenida Ferrocarril, permitieron disfrutar a propios y extraños del derroche de alegría de las diferentes comparsas y la sonrisa de las reinas que marcaron lo que sería para muchos el mejor desfile de los últimos años.

Las carrozas tenían el toque de los artesanos del Tolima. En cada detalle se veía el reflejo de cada región del país, piezas hechas con alta filigrana. Así lo comentaban con el compañero del lado. Y como la canción (listos para la joto) sacaban sus celulares nuevamente para tomar fotografías con sus amigos o alguien de las comparsas, o, en el mejor de los casos el instante cuando la reina les sonreía.

El clima ayudó mucho, la temperatura estuvo sobre los 22-24 grados centígrados, permitiendo de esta manera una estadía más agradable. Al finalizar ya entre las calles 39 y 42, una pequeña llovizna que refrescó a los más de 300 acompañantes de las reinas y por supuesto a los asistentes. Los más de 100 mil turistas, algunos de ellos extranjeros solo atinaban a decir: Maravilloso desfile.

El trabajo de los organizadores fue bien calificado. El acompañamiento de la Policía Nacional, Defensa Civil, Cruz Roja fue destacado en las calles. Por la Ferrocarril todo fue fiesta, pero con orden, con autoridad. El gran corredor humano abalanzado en el carril de apoyo (subiendo) permitió a las familias vivir el momento de manera especial. Niños con el mejor traje de San Juan, comiendo las famosas manzanas acarameladas, o los algodones y llevando en sus manos los globos de helio.

No había maicena, ni espuma.  Solo gente con sombreros, ponchos, rabo de gallos. Mujeres hermosas, maquilladas para la ocasión. Al finalizar el desfile, muchos para la Feria Equina, donde remataron con otro buen espectáculo.

Ya nadie se acuerda que el año anterior algunos maldecían el momento en que decidieron trasladar el desfile por la Avenida Ferrocarril. Hoy, después de esta travesía multicolor, despiden las fiestas patronales del Tolima, esperando el 2018 volver a ponernos el rabo de gallo, el poncho, el sombrero y que vivan las fiestas en la capital del Tolima.

Fotografías de la Corporación Festival Folclórico.