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“Alcaldes, no permitan la venta de pólvora”

“Alcaldes, no permitan la venta de pólvora”

Cada vez que se presenta una tragedia ocasionada por la pólvora como la ocurrida este jueves 17 de diciembre en el municipio del Líbano, aparecen las frases recurrentes, las frases manidas y hasta inanes como que “casos como este no pueden volver a ocurrir” pero llega otro diciembre y la historia se repite. (Pesa mucho el abandono en el país de la cultura ciudadana del profesor Mockus).

A propósito de lo ocurrido en el Líbano, de nuevo deja lecciones para aprender y que ojalá en todos los municipios no solo del Tolima sino a lo largo y ancho del país, los alcaldes, como la primera autoridad, hagan valer esa condición para evitar que tragedias como esta enluten más familias.

En el caso del Tolima hay que ser reiterativos en el llamado que a manera de súplica hizo el pasado 4 de diciembre el secretario de Salud Departamental, Jorge Bolívar  a los 47 alcaldes del Tolima para que “Por favor no permitan la venta de pólvora”, a ese llamado se sumó la Directora de Salud Pública del Tolima, Martha Palacios quien pidió que “Los tolimenses debemos celebrar las festividades sin pólvora”.

Lo cierto de todo es que en el caso del Líbano los hechos demuestran que el Alcalde de este municipio no tuvo en cuenta tales recomendaciones porque dos días después (domingo 6 de diciembre), hubo quema de pólvora en el parque principal, lo que evidencia un claro estímulo a esa práctica, que en esta oportunidad ha contado con abundantes campañas de concientización, ejemplo de ello es la Policía Tolima que ha venido haciendo un trabajo juicioso en ese sentido en todo el departamento. 

“Es hora de que las alcaldías, en este caso la del Líbano con el apoyo de la Gobernación y otras entidades gubernamentales, empiecen a trabajar en una propuesta que le brinde otras alternativas de negocio a las familias o empresarios que en la actualidad se dedican a la fabricación y comercialización de la pólvora”.

Son los alcaldes los indicados a liderar esos procesos pedagógicos y para que estos tengan resultados positivos, pues es con el buen ejemplo que se transmite la enseñanza. En el Líbano de acuerdo con los hechos, ha sucedido todo lo contrario un alcalde permisivo y sin rigor. 
Lo del Líbano prende las alarmas, pues además de la cantidad de heridos y las tres personas muertas, entre ellos un menor de edad, exige mayor previsión, diálogo y concertación con los fabricantes, afín de reforzar controles y protocolos tanto en la fabricación como expendio de la pólvora, si finalmente no se prohíbe que sería lo ideal. Es hora de que las alcaldías, en este caso la del Líbano con el apoyo de la Gobernación y otras entidades gubernamentales, empiecen a trabajar en una propuesta que le brinde otras alternativas de negocio a las familias o empresarios que en la actualidad se dedican a la fabricación, distribución y comercialización de la pólvora, una práctica que en el pasado fue tradicional, al punto que fiesta que no tuviera pólvora no era fiesta, pero que hoy es tremendamente arcaica. Hora de dejar para siempre esa práctica. Fiestas decembrinas sin pólvora y más ahora con pandemia donde se necesitan camas UCI libres, por ello justificada la molestia del Ministro de Salud con lo ocurrido en el Líbano. “Hasta dónde llega la insensatez”, escribió el Ministro.

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