El nauseabundo olor que deben soportar los habitantes del conjunto residencial Arkalena es insoportable. Frente a sus viviendas colapsó por completo el obsoleto sistema de alcantarillado, lo que generó empozamientos de aguas negras y daños en la malla vial, y los llevó a cerrar la vía que conecta la carrera Cuarta con la calle 42.

Desde el pasado domingo, las más de 50 familias que residen en el sector decidieron cerrar el paso de vehículos en este punto de Ibagué, para evitar que se agudice una problemática que los afecta desde hace por lo menos cinco años.

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De acuerdo con Marisol Rada, administradora del conjunto residencial, desde 2020 le han solicitado a la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (IBAL) que reponga las redes de aguas negras del sector, sin que todavía les solucionen la problemática. Por el contrario, ha empeorado.

"Nos informaron que ya estaba el proceso para que el IBAL ejecutara la obra, pero hasta el momento no lo han hecho. El IBAL nos informó que en noviembre de este año van a programar el Vactor para que revise las alcantarillas del sector, pero el problema real es que las redes colapsaron. En este momento se están rebosando las aguas negras, están empozadas y pueden producir enfermedades", señaló Marisol Rada.

La administradora también indicó que en el conjunto residencial y en los sectores aledaños residen especialmente adultos mayores de 60 años, quienes podrían sufrir infecciones o enfermedades respiratorias por cuenta del nauseabundo olor que emiten las aguas negras.

"Necesitamos urgente que el IBAL y la Alcaldía nos colaboren para hacer el cambio de toda la red de alcantarillado y, a su vez, mejorar la vía de acceso, porque como colapsó también tenemos unos cráteres grandísimos en la malla vial", detalló la administradora.

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Entretanto, permanece cerrada la vía que permite descongestionar las zonas de acceso a la Universidad del Tolima cuando hay partidos del Deportes Tolima en el estadio Manuel Murillo Toro o se presentan bloqueos viales en los alrededores de la institución educativa.

"Los habitantes tomaron la decisión de cerrar la vía para evitar que los vehículos salpiquen las aguas negras y estas entren hasta sus apartamentos. El olor fétido, las ratas y los zancudos nos están invadiendo. Creemos que la respuesta de la Administración Municipal ha sido negligente porque llevamos cinco años esperando y muchas veces ni siquiera nos responden los oficios", enfatizó Rada.

Por su parte, Edgar Huertas, presidente del Consejo de Administración de Arkalena, advirtió que mantendrán el cierre de la vía hasta que se comprometan con la reparación del alcantarillado y de la malla vial.

"Los habitantes están desesperados, sobre todo en el Bloque 2, porque ni siquiera pueden abrir las ventanas; los olores se les meten y les llegan también por los baños. Además, tienen mucho temor por la fiebre amarilla. Del IBAL nos dijeron que iban a fumigar, pero tampoco han enviado a nadie", aseguró Huertas.

Por último, los residentes de Arkalena planean acudir a una acción de tutela para pedirle a un juez de la República que proteja su derecho al disfrute de un ambiente sano y que obligue a la Alcaldía a reparar el alcantarillado de su sector cuanto antes.