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El enfrentamiento político

El enfrentamiento político

Por: Edgardo Ramírez Polanía


Los seres humanos se han enfrentado por ideales, intereses, sentimientos y pasiones que  con orientación hacia el bien han sido eficaces para la virtud. Y hacia el mal, como causa de las guerras con los aplastamientos  miserables de destrucción y hambruna que padecen varios lugares del mundo.
El Gobierno Nacional, pasa un momento difícil en las relaciones con el Congreso de la República, que sido aupado por los medios de comunicación y la oposición, para deteriorar la imagen del gobierno que trató de encontrar un camino que lo condujera al cumplimiento de sus promesas de cambio y optó por la consulta popular al pueblo que es soberano en los términos que establece la Constitución.

 
La razón ha sido que en Colombia con excepción del mal llamado Frente Nacional, ha existido la errada costumbre de los partidos políticos, que ante la derrota, las ideas, los principios, las opiniones y las creencias, quedan a un lado y otro de cada frontera espiritual, de cada límite intelectual, de cada zona de la comprensión, que hace difícil el consenso, para deponer los intereses y el odio irreductible en el ejercicio del poder político. 


El presidente Gustavo Petro, quiso cambiar el sistema político con medidas de sentido social, sin tener las mayorías que le aprobaran los proyectos en el Congreso para adelantar las promesas propuestas en su programa de gobierno, por la férrea oposición de los partidos que perdieron las elecciones presidenciales que han representado intereses particulares.


La falta de continuidad en los funcionarios y las políticas autoritarias del gobierno, le generaron dificultades en la manera de orientar los proyectos de ley, que cada día se hacen más difíciles su aprobación, excepto la reforma pensional aprobada con escándalos por reparto de coimas con dineros de la UNGRD.

El Gobierno Nacional, deberá dar un viraje pronto y radical en las relaciones con los partidos políticos y la ciudadanía para la convocatoria a la consulta popular, que  al ser presentada al Congreso, debe someterse a sus procedimientos legales porque lo contempla el artículo 104 de la Carta Política, para buscar un clima de concordia y convivencia social. 


Los enfrentamientos entre el Gobierno y el Congreso, han sido y serán el denominador común, por la falta de comprensión y sensatez de quienes no han podido combinar la legitimidad del poder, con el respeto a las instituciones jurídicas que conforman las tres ramas en que se divide el Estado, representado por el Presidente de la República, cuyo ejercicio está regulado por precisas normas legales que debe cumplir.


El poder presidencial no es omnímodo, sino que está sujeto al cumplimiento de la Constitución Nacional y las leyes, que le fijan funciones y procedimientos para el ejercicio del cargo, que cuando no se cumplen, es objeto de las sanciones establecidas en el ordenamiento legal superior.
Si el Congreso de la República elegido por voto popular,  se opone a la aprobación de leyes propuestas por el Ejecutivo, lo hace en ejercicio de su poder de control político de promulgar, corregir o derogar las leyes que regulan el funcionamiento de la sociedad. También lo ejerce la Corte Constitucional en la revisión del contenido de las leyes, cuando contradicen lo consagrado en ese ordenamiento supra legal o el Consejo de Estado contra los actos administrativos.


El ejercicio de la protesta social es necesaria cuando el Gobierno no escucha a los ciudadanos y es permitido por la ley, pero no aquella auspiciada por el mismo gobierno porque es ilegal, debido a que las autoridades están instituidas para defender la vida y los bienes de los ciudadanos a través de las autoridades de policía, que no deben servir para garantizar la protesta fomentada por el jefe del Estado.
 
Los enfrentamientos del Congreso de la República con el Gobierno nacional son inconvenientes por cuanto lesionan el orden jurídico y tampoco debe el gobierno invitar a los ciudadanos a protestar en las calles, porque ese acto puede terminar en un enfrentamiento popular que atente contra la seguridad nacional.


La violencia política de otras épocas oscuras ha generado los peores males a la sociedad con la formación de grupos criminales, que han causados muertes y desplazamientos forzados de la población más vulnerable, para satisfacer intereses perversos de fanáticos de algunos partidos políticos  y del negocio de las drogas ilícitas que han sembrado de terror y muerte el territorio nacional que han hecho imposible la paz total. 


Los enfrentamientos sociales han sido también por diferencias étnicas, tienen raíces profundas desde la esclavitud y han hecho permanecer en el atraso y la miseria a comunidades del litoral pacífico, que han sido el clima propicio para la violencia y el narcotráfico por la confrontación entre los grupos armados ilegales y las fuerzas del Estado.
 
Las personas deben manifestarse en las protestas públicas de manera pacífica, respetando los bienes y derechos de los demás. Sólo así, podremos superar las dificultades que se nos puedan presentar para los sanos propósitos de progreso y bienestar social

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