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Camilo Torres, entre la fe y la revolución: Un legado que incomoda

Camilo Torres, entre la fe y la revolución: Un legado que incomoda

Padre Jorge Camilo Torres Restrepo.

Por Juan Sebastián Cañón


Domingo 3 de febrero de 1929: Antes de que su nombre fuera acompañado por el epíteto de ‘padre’, su nombre real era Jorge Camilo Torres Restrepo oriundo de la capital colombiana Santa Fe de Bogotá (Nombre que todavía tenía, ya que en el 2000 quitaron el prefijo de Santa Fe). Camilo nació dentro de una familia aristocrática con tendencias liberales.

Sus estudios iniciaron en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, hoy conocida como la Universidad del Rosario, del cual fue expulsado por sus duras críticas hacia las doctrinas y pedagogías inculcadas en una institución con extremas inclinaciones hacía el conservadurismo. Su expulsión también se centró en su indisciplina. Camilo era un joven muy inquieto, crítico y rebelde frente a las autoridades, y eso no encajaba bien en el ambiente conservador y muy estricto del colegio en esa época. No se tienen muchos detalles oficiales específicos (como un acta pública de expulsión), pero las biografías más serias coinciden en que fue por su conducta considerada inadecuada para los estándares del colegio.

Después de salir del Rosario, estudió en el Liceo de Cervantes (también en Bogotá) y luego terminó en el Colegio del Sagrado Corazón. Más adelante entró al Seminario Mayor de Bogotá.

Camilo: El estudiante del seminario

Ingreso al Seminario Conciliar de Bogotá. En 1950, Camilo Torres ingresó al Seminario Mayor de Bogotá (también llamado Seminario Conciliar), ubicado en la capital colombiana. Este era el centro de formación más importante para sacerdotes en el país, dirigido entonces bajo una visión conservadora y tradicionalista.

Motivaciones iniciales: Aunque provenía de una familia liberal y laica (su padre fue un reconocido jurista), Camilo eligió el sacerdocio movido por un ideal profundo de servicio social y espiritual. Desde el inicio mostró inquietudes por los problemas sociales y las desigualdades, algo que no era habitual en la formación sacerdotal de la época.

Perfil como seminarista: Era un estudiante brillante pero incómodo para algunos de sus formadores, se destacaba por su inteligencia, su sensibilidad hacia los pobres y su tendencia a cuestionar ciertas posturas rígidas de la Iglesia. Se dice que debatía con sus profesores sobre el papel de la Iglesia en un país tan desigual como Colombia.
Vida comunitaria: El seminario en esos años exigía una vida estricta: Oración diaria, estudio intensivo de filosofía y teología, disciplina fuerte y muy poca conexión con el mundo exterior. Sin embargo, Camilo mantenía su preocupación constante por la situación social del país.

Influencias intelectuales: Durante esta etapa leyó mucho más allá de los textos oficiales. Se interesó por autores católicos sociales como Jacques Maritain y Emmanuel Mounier, quienes hablaban de una fe comprometida con la justicia social, y por pensadores que promovían el concepto de Iglesia para los pobres.

Camilo se ordenó sacerdote en 1954, y rápidamente sus superiores reconocieron su capacidad intelectual. Fue enviado a continuar estudios de sociología en Europa, algo muy inusual para un sacerdote joven de la época.

Camilo: El sociólogo fundador, en la Universidad Nacional

Después de su ordenación sacerdotal en 1954, Camilo Torres Restrepo fue enviado a Europa para profundizar su formación académica. Eligió estudiar en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, uno de los centros de pensamiento social cristiano más importantes de la época. Allí se especializó en sociología, una disciplina que entonces apenas empezaba a abrirse paso en América Latina.

Su tesis de grado abordó las condiciones de vida de los barrios populares en Bogotá, enfocándose en la marginalidad urbana y el impacto de la pobreza estructural sobre las comunidades. Durante su estancia en Lovaina, entró en contacto con corrientes de pensamiento como el personalismo comunitario de Emmanuel Mounier y con la democracia cristiana europea, ideas que reforzaron su compromiso social y su visión de una Iglesia cercana a los pobres.

Al regresar a Colombia en 1959, Camilo encontró que la sociología aún no existía como carrera formal en el país. Decidido a cambiar esta situación, impulsó junto a otros intelectuales como Orlando Fals Borda la creación de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia en 1960, la primera de su tipo en el país.

Desde sus orígenes, la Facultad nació con un enfoque crítico y comprometido, inspirado en la realidad latinoamericana. No se buscaba una sociología meramente académica, sino una ciencia social capaz de diagnosticar y transformar la estructura profunda de las desigualdades sociales.

Dentro de la Facultad, Camilo Torres se desempeñó como profesor y vicedecano. Dictaba cursos sobre sociología de la pobreza, estructuras sociales latinoamericanas y doctrina social de la Iglesia. Era reconocido por su cercanía con los estudiantes y su insistencia en que el conocimiento debía ponerse al servicio de los sectores más vulnerables. Para Camilo, la sociología no era una ciencia neutral: debía ser un instrumento de cambio y liberación para los oprimidos. Esta visión marcaría profundamente su evolución política posterior, acercándolo a movimientos sociales y, finalmente, a su decisión de involucrarse en la lucha armada.

Camilo: Y el hijo que nunca vio, la teología de la liberación

Aunque Camilo Torres murió antes de que la Teología de la Liberación se consolidara como corriente en América Latina, su pensamiento y su vida anticiparon muchas de sus ideas centrales. A finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, Camilo ya hablaba de una Iglesia que debía comprometerse activamente en la transformación de las condiciones de pobreza y opresión que vivían las mayorías en Colombia. Para él, el amor cristiano no podía limitarse a la caridad personal, sino que debía traducirse en una acción política concreta a favor de los más pobres.

Camilo fue uno de los primeros sacerdotes latinoamericanos en afirmar que la estructura social era injusta y que los cristianos tenían la obligación de cambiarla. Criticó duramente a una Iglesia jerárquica que, en su opinión, se había aliado históricamente con las clases dominantes y había olvidado el mensaje liberador de Jesús. En sus escritos y discursos, defendió la idea de que la lucha por la justicia social era una forma de vivir plenamente el Evangelio.

Aunque no llegó a utilizar el término “Teología de la Liberación” acuñado poco después por Gustavo Gutiérrez en 1971, Camilo practicó una forma temprana de esta corriente. Su propuesta de un “Frente Unido” en Colombia, donde creyentes y no creyentes lucharan juntos por un cambio estructural, reflejaba la noción de que la liberación debía ser tanto espiritual como política. En su célebre “Mensaje a los cristianos”, Camilo afirmó que “el deber de todo cristiano es ser revolucionario” y que “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”.

La influencia de Camilo Torres fue decisiva para muchos teólogos, sacerdotes y militantes que luego formarían parte del movimiento de la Teología de la Liberación en América Latina. Su figura encarnó la idea de un cristianismo militante, dispuesto a romper con el orden establecido en nombre de la justicia social y la dignidad humana.

Camilo: De los salones de clase y las misas, el salto a la guerrilla

Después de años de compromiso social y político desde la academia y el sacerdocio, Camilo Torres Restrepo llegó a la conclusión de que los canales legales en Colombia no eran suficientes para lograr los cambios que consideraba urgentes.

En 1965, tras un periodo de creciente radicalización, decidió ingresar al Ejército de Liberación Nacional (ELN), una guerrilla inspirada en la Revolución Cubana y en ideas marxistas. Su decisión fue polémica y rompió definitivamente con la jerarquía de la Iglesia católica colombiana, aunque él siempre sostuvo que su compromiso revolucionario era una forma radical de vivir su fe cristiana.

Camilo pasó por un breve proceso de entrenamiento militar, aunque sus compañeros señalaron que no era especialmente hábil con las armas. Su papel en el ELN estaba pensado más como el de un ideólogo y símbolo de unión entre el pensamiento cristiano y las luchas revolucionarias. Sin embargo, su tiempo como guerrillero fue muy corto. El 15 de febrero de 1966, en su primer enfrentamiento armado contra el Ejército Nacional, en Patio Cemento, Santander, Camilo Torres fue abatido. Tenía apenas 37 años.

La muerte de Camilo fue envuelta en misterio. Su cuerpo nunca fue entregado a sus familiares ni a sus compañeros de lucha; las Fuerzas Armadas lo enterraron en un lugar desconocido, lo que ha alimentado durante décadas diversas teorías sobre su paradero. A pesar de su fugaz participación como combatiente, Camilo Torres Restrepo se convirtió en un mito político y religioso en Colombia y América Latina. Para muchos, sigue siendo un símbolo del compromiso radical con los pobres y de la búsqueda de una fe inseparable de la justicia social.

Camilo: Perdura en la historia

Más de medio siglo después de su muerte, Camilo Torres Restrepo sigue siendo una figura fundamental en la historia política y social de Colombia. Su vida trazó un puente entre la fe cristiana y la lucha revolucionaria, inspirando a generaciones de creyentes y activistas a pensar que el compromiso con los más pobres no podía quedarse en el discurso, sino que exigía acciones concretas.

 Para muchos, Camilo encarna la rebeldía ética frente a la injusticia y la necesidad de construir una sociedad más digna y equitativa. Su legado continúa vigente en los debates sobre el papel de la Iglesia en la transformación social y en las luchas populares por la justicia en América Latina.

El padre Camilo Torres revivió una de las parábolas de Jesús que hoy parece olvidada, incluso por la propia Iglesia: Dios está del lado de los pobres y de los necesitados. Su mensaje sigue interpelando a una Colombia que, aunque se define como un Estado social de derecho, ha ignorado durante décadas las necesidades básicas de su gente, priorizando a los ricos y protegiendo sus riquezas a costa del esfuerzo de la clase obrera.

Dato curioso: Camilo Torres Restrepo y el expresidente Juan Manuel Santos tienen una conexión familiar, son tío y sobrino respectivamente.

Santos es parte de una familia de élite política y económica, mientras que Camilo Torres, aunque de una familia también influyente, era un sacerdote radical comprometido con los pobres y la justicia social. Aunque no tienen una relación directa de cercanía personal, ambos se vieron envueltos en la historia de Colombia, pero desde perspectivas muy diferentes: Santos como parte de una familia política que formó parte del poder tradicional pero que logró desmovilizar a la guerrilla más antigua del país, y Camilo como un sacerdote y guerrillero comprometido con la lucha contra la desigualdad.

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