Por: Carlos Eduardo Cano Martínez

Esta ha sido una campaña extensa y con un mayor grado de politización que en las contiendas anteriores, aunque el machismo también fue protagonista. “que López -la que ustedes conocen como Claudia- grita mucho” dicen quienes esconden detrás de las buenas maneras -que quieren imponer al otro- un machismo que indubitablemente, no consiente ni soporta que una mujer sume protagonismo. A López, –y le llamo por el apellido porque acá solo se llama por el apellido a los hombres (los Petro, los Uribe-Duque, Los Vargas, etc) mientras que a las mujeres se las llama por su nombre (Clara o “clarita”, Claudia, Viviane, etc)- no se le señala por vocinglera, sino por mujer y, peor aún, por ser mujer lesbiana, algo que le causa tanto escozor a la godarria machista, homofóbica y misógina colombiana.  Sipor ejemplo Álvaro -sí, Uribe- grita con tesón, no le van a llamar escandaloso; de hecho, tomarán eso como una cualidad “es que así se habla, con verraquera” afirman los que por eso mismo llamarían a López vociferadora.

Y continúo en las sendas de la godarria; la conservadora Ramírez, hoy fórmula vicepresidencial de Iván -sí, el títere- posee la suficiente experiencia, entre esas, la operación Orión, para ser la candidata a la presidencia y no la súbdita de Iván; pero en la apuesta del uribismo, la juventud y las ganas por aprender de Iván, darán la victoria. La pregunta que no se ha hecho el uribismo pero que yo sí les hago, es ¿Si Ramírez hubiese sido la candidata con la juventud y la inexperiencia de Iván, le fuesen dejado ser la candidata presidencial del Álvaro Centro Democrático? Pregunto yo, y respondo yo: no. No porque a una mujer no se le deja pasar eso; “le falta mucho por aprender” “es mujer y es frágil para tomar decisiones” dirían los que hoy son amigos de la juventud, pero que en ese escenario serían -y aun lo son- fraternos del machismo.

Por lo anterior, rescato una respuesta que dio Robledo, la candidata vicepresidencial feminista, en una entrevista con un medio nacional; cuando la periodista le interpelaba sobre le dificultad de trabajar con Gustavo, por su talante autoritario y chocante, esta, con la inteligencia que le caracteriza responde: “en general los hombres en las culturas patriarcales son muy soberbios, entonces van aprendiendo; ese proceso lo hice con Mockus”. La sicóloga y exdecanade la facultad de sicología de la Universidad Javeriana fue ninguneada en uno de los recientes y múltiples trinos del misógino Álvaro; al referirse a Gustavo por su apellido y a Robledo como “la candidata”. Y así, una sumatoria de hechos que han demostrado, una vez más, que si bien existen avances en esta materia, el machismo también avanza y es perspicaz -se reproduce e incluso se disfraza de feminismo- y es maridodel eufemismo.

Sueño entonces, con una presidenta, no porque sea mujer, sino porque sea valorada, criticada y pensada por igual, y que en ese análisis venza. Sueño con que todas nosotras -las personas- podamos asesinar, envenenar, acabar, fusilar el machismo. Sueño un mundo para todas.

Por una Colombia para todas, mi voto es por Ángela Robledo vicepresidenta y Gustavo Petro presidente.