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¿Ud qué le regalaría a Ibagué?

¿Ud qué le regalaría a Ibagué?
 
 
Por Henry Rengifo
 
En un día como hoy, 14 de octubre, los ibaguereños (entiéndase por ibaguereño toda aquella persona que habita la ciudad), expresamos nuestro mayor júbilo por la amada Ibagué. 
 
En esta fecha el corazón de todo ibaguereño rebosa de amor. Es el éxtasis del agradecimiento por una ciudad a la que le debemos todo.
 
Seguramente ‘alguien’ de afuera que no conozca a Ibagué y se entere que en esta fecha 14 de octubre de 2017, la capital del departamento del Tolima cumple nada más ni nada menos que 467 años de haber sido fundada, pensará que está en frente de una ciudad que debe conocer. 
 
Si son 467 años es porque esta ciudad tiene todo resuelto.  No puede ser que con esa cantidad de años, casi 5 siglos, presente atrasos e insuficiencias, pensará ese alguien. Y le agregará, o mejor hará comparaciones que para muchos nos resultarán odiosas. Dirá ese alguien que por su estratégica ubicación geográfica, en el corazón de Colombia, no habría la menor duda que Ibagué es mejor que Manizales, Pereira, Armenia, Montería e incluso Neiva.
Ese alguien, repetirá, es que son 467 años, tiempo más que suficiente para tener una ciudad a la altura de las mejores de Colombia.
 
Lo cierto es que ese alguien, después de pasada la celebración de los 467 años con  ChocQuibTown, Aterciopelados y la 33, llega a Ibagué. De inmediato se dedica a buscar similitudes y pone como referencia a Manizales. Y arranca. Mientras en la capital de Caldas acaban de inaugurar un moderno repartidor vial, aquí en Ibagué 467 años después Alcalde y Gobernador aún les cuesta ponerse de acuerdo para hacer obras en equipo. Mientras Manizales trabaja en la visión de convertirse en la ciudad universitaria más importante de América Latina, en Ibagué no se vislumbra un ejercicio similar en materia educativa; Mientras Manizales hoy tiene un sistema de transporte público eficiente, con cable aéreo incluido y el total de la malla vial recuperada, en Ibagué la movilidad es un caos, la malla vial sigue siendo un dolor de cabeza; Mientras en Manizales su clase dirigente trabaja en propósitos comunes de manera armónica, en Ibagué ocurre todo lo contrario; Mientras Manizales acaba de ser seleccionada como la mejor ciudad del país para hacer negocios, Ibagué se ubica entre los últimos lugares.
 
El foráneo ‘alguien’ queda perdido, no entiende nada, pero escucha decir de otro alguien que Ibagué es el mejor vividero del país, entonces lo experimenta, lo analiza y decide quedarse de manera definitiva en Ibagué, porque sencillamente se enamoró de la ciudad. Dice que Ibagué atrae y atrapa.
 
Entonces, ya radicado en la ciudad le preguntan a ese alguien, qué le regalaría a Ibagué de cumpleaños. No lo piensa dos veces. “Le regalo un programa serio y ambicioso de cultura ciudadana para iniciarlo desde y con los niños”, dice. Y agrega que debe ser un programa pensado a mediano y largo plazo, y como resultado debe arrojar una generación que interprete un nuevo ibaguereño: con sentido de pertenencia, amor por la ciudad, disposición al trabajo en equipo, cero egoísmo y cero envidia.

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