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Sin mujeres no hay democracia, es el turno de la UT

Sin mujeres no hay democracia, es el turno de la UT

 Por Ángela Rebolledo
*Consejera de Juventudes de Ibagué. Estudiante UT.


 

Y no es casualidad: este ha sido un terreno donde las mujeres hemos sido minoría no solo en número, sino en posibilidad real de incidencia.

Pero hoy, a pesar de todo, va a pasar. Va a pasar a pesar del hostigamiento sistemático que han sufrido todas las candidatas. Va a pasar a pesar de las amenazas de las que todos y todas hemos sido testigos. Va a pasar a pesar de las múltiples barreras que, conforme se acercaban las elecciones, se hicieron cada vez más evidentes.

Va a pasar en medio de la indolencia de la mujer que representa a la Gobernadora en el CSU, va a pasar en medio del silencio de la dirección universitaria, va a pasar en un entorno en el que la violencia de género ha permeado todas las instancias y eso incluye la violencia política de género, pero va a pasar, porque las mujeres decidimos no ceder, no callar, ni retroceder, porque ya no podemos aguantar más.

Aunque el aparato patriarcal que se sostiene con muchas de las dinámicas internas de nuestra universidad no se desmonta con una elección. Esta elección sí marca un hito: por fin habrá una mujer representando al estudiantado en el Consejo Académico, y no cualquier mujer, sino una que cargará consigo la voz de muchas, que llega pero no como símbolo sino como sujeta política, con la responsabilidad histórica de exigir las medidas necesarias para que la UT sea, de una vez por todas, un lugar seguro para nosotras.

Porque ya no podemos aceptar espacios donde no se nos garantice la dignidad. Porque encubrir violencias basadas en género, es una decisión política que sabotea sistemáticamente los procesos académicos de las mujeres y arruina el proyecto de vida de las mujeres pobres. Por eso no podemos tolerar que nuestras voces sigan siendo marginadas, porque sí se puede representar desde la ternura, porque con las mujeres sí llegan otras categorías de análisis, porque el eco de las mujeres en la UT no es una consigna vacía: es una fuerza viva que crece, que cuestiona y transforma.

Ahí está el verdadero problema: lo hostil del proceso electoral, la persistencia de las amenazas, la violencia del acoso, el peso de las calumnias, lo indolente de la dirección. Lo que incomoda es que, inevitablemente, será una mujer quien represente al estamento estudiantil. Y eso, para algunos, es simplemente insoportable. Porque en efecto señores no nos vamos a calmar, porque para llegar hasta este lugar murieron muchas, porque ahora tenemos el derecho que les negaron a nuestras abuelas y a mi mamá, cuanto menos se lo debemos a ellas.

Sepan que no estamos exagerando, la universidad sí tiene una responsabilidad, se acerca el momento de la verdad, la justicia y la reparación; van a tener que pedir perdón y reconocer lo ineptos que son para atender los reclamos de las mujeres.

Por nuestra parte no vamos a retroceder. Sin nosotras no hay democracia. Y la Universidad del Tolima necesita con urgencia una voz que defienda nuestros derechos, que no se canse de exigir que esta universidad sea un lugar seguro para todas. Una voz que denuncie, sin temor, lo que tantas veces hemos tenido que callar.

Va a pasar, aunque les incomode. Va a pasar, aunque intenten impedirlo. Puede que la primera mujer que llegue a ese espacio no pueda alzar la voz con la fuerza que desea —por miedo, presión, o una relación de poder abismalmente desigual—, pero abrirá el camino y ahí estaremos para recorrerlo juntas. Porque ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, el patriarcado va a tener que retroceder, más temprano que tarde habrá una mujer que, desde ese lugar, grite por todas nosotras lo que durante tanto tiempo quisieron ignorar.

Señores, la historia no se detiene y el eco de las mujeres es una fuerza que no se puede contener, ahora es el momento de la UT.

Ahora solo nos queda enviarle mucha fuerza a la ganadora y aferrarnos a nuestra formación para recordar que la sociedad nos quiso rivales, pero lo verdaderamente revolucionario está en ser aliadas, de mi parte para mis colegas solo admiración y respeto, sepan que hoy y siempre cuentan conmigo. 

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