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Se le puede ganar a Barreto

Se le puede ganar a Barreto

Por Cristhian Acosta Guzmán

Presidente de la Unión Patriótica Tolima


La victoria de Luis Orlando Ortiz, “Pirinolo”, no fue solo una elección atípica. Fue una lección de dignidad. Fue el momento en que un pueblo históricamente golpeado, habitado por la fuerza de los pueblos indígenas y campesinos, alzó la voz y votó con coraje. Ganamos no solo una alcaldía, ganamos la esperanza de demostrar que los poderosos no son invencibles.

 

 

 

Lo hicimos con lo que ellos no entienden; unidad. Porque cuando los sectores progresistas nos juntamos con grandeza popular, cuando dejamos de competir entre nosotros para construir con el pueblo, incluso la maquinaria más oxidada por los años de clientelismo se resquebraja.

 

No fueron suficientes los bultos de cemento ni las bolsas de tejas, no alcanzaron las promesas falsas ni los billetes sucios. Además, esta vez no ganaron usando el miedo, y por el contrario fuimos nosotros los que ganamos con organización y con el alma de un pueblo que está despertando.

 

El ‘barretismo’, acostumbrado a poner alcaldes como fichas en un tablero, recibió una señal clara, sus tiempos de hegemonía se tambalean. El sur del Tolima, tierra de resistencia y memoria, ha marcado un nuevo rumbo. Porque Coyaima no solo eligió a un alcalde, eligió la posibilidad de gobernarse con decencia, de levantar la cara sin agachar la dignidad.

 

Este triunfo no es de una persona ni de un partido. Es de todos los que han resistido a las humillaciones del poder, de los que han creído que otro Tolima es posible. Es de las mujeres que organizan comités, de los jóvenes que pintan murales, de los mayores que aún recuerdan cuando los políticos solo venían a recoger votos como quien recoge cosechas ajenas.

 

Ganamos, sí. Pero que no se nos olvide, el verdadero desafío comienza ahora. Gobernar distinto. Gobernar con el pueblo, no desde una oficina. Gobernar con los pies en la tierra y el corazón en las calles. Porque si algo nos enseñó esta victoria es que cuando la unidad nace del pueblo, el poder del pueblo es invencible.

 

Y si en Coyaima se pudo, también se puede en Ibagué, en El Espinal, en el Líbano, en Mariquita, en todo el Tolima. Se le puede ganar a Barreto. Y no solo en las urnas. También lo derrotamos en la conciencia, en la historia,  y con  el corazón de un pueblo que ya entendió que nunca más serán convidados de piedra en su propio destino.

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