Opinión

 Por: Humberto Leyton

En una decisión por demás complaciente y de falta de ética periodística, el director de noticias de la emisora La Cariñosa (RCN), Rubén Darío Correa, sale en licencia por tres meses hacer política como candidato a la alcaldía de Ibagué, y su empleado, Giovanni Prieto, queda encargado del noticiero, que estará al servicio, obviamente, de su director titular para su campaña.

Igual cosa sucederá con el portal Alerta Tolima, que Correa tiene en sociedad con RCN, donde también los empleados y el director encargado  quedarán al servicio del candidato. En estas condiciones, la cadena radial se convierte en cómplice de este despropósito,  donde todos los candidatos que aspiran a la alcaldía de la capital del Tolima quedan en abismal desventaja informativa, al menos de ese medio, que tiene candidato propio en un descarado contubernio que viola incluso normas de las comunicaciones en Colombia, donde la información debe de ser veraz, imparcial, responsable y objetiva.

Así concluye este episodio de La Cariñosa, que desde hace más de tres años viene siendo utilizado como un botafuego político de su director Rubén Darío Correa, quien desde entonces viene aspirando a la alcaldía, utilizando su medio para tales fines, siendo el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, el plato preferido del político radial.

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Quedan plenamente confirmadas las aspiraciones de este periodista en camino  a  político, lo que negó al comienzo presentándose como un inocente comunicador con sentido social.

El señor Correa está en pleno derecho de candidatizarse  a ser alcalde y nadie lo puede cuestionar como ciudadano, que tenga esa aspiración; pero lo reprochable, es que mañosa y engañosamente utilice sus eventos o supuestas obras sociales para conseguir votos, valiéndose de las necesidades de las personas más vulnerables de nuestra desigual sociedad.

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Aquí hubo un hombre de radio llamado Luis Carlos Echandía, que tenía un programa primero en la Voz del Tolima y luego en Ecos del Combeima, que llamaba "Rurico en el Aire",   donde pedía medicamentos, alimentos, ropa, realizaba comentarios y diligencias en beneficio de los débiles y desposeídos, los hacía escuchar ante las altas esferas privadas y gubernamentales, pero hasta su muerte nunca les pasó cuenta de cobro ni los invitó a votar por candidato alguno, menos por su propio nombre. Esa labor social la respetó y tuvo delicadeza en no utilizar las necesidades de los pobres en beneficio propio.

Rubén Darío, quiere seguir el ejemplo de Campo Elías Terán en Cartagena, un periodista de radio que hacía un noticiero popular, cuya copia replica el de La Cariñosa de Ibagué casi que en forma exacta,  que luego se lanzó a la política, salió elegido alcalde de la Ciudad Heroica, terminó en la cárcel sindicado por detrimento patrimonial y otros,  y murió sin que se fallara su proceso.

No sabemos cómo termine la empresa electorera que inicia este sábado 27 de julio de forma abierta, el director de noticias de La Cariñosa (RCN), no conocemos su propuesta de gobierno, su  programa ni proyecto de ciudad, salvo sus breves y débiles arengas demagógicas y populistas, que las inició siendo de derecha al lado del uribismo y del Centro Democrático, partido que no le dio el aval, y las termina arropado con la garantía o crédito de un movimiento supuestamente alternativo, dentro de un sancocho ideológico que terminan exhibiendo quienes no tienen posiciones políticas estables ni claras.

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Bueno, pero aceptemos que este espectáculo circense se repite en todas las elecciones y no es propio del candidato radial, lo inconcebible e inaceptable es que una cadena radial como RCN se preste para esta pantomima de dar una licencia condicionada a toda la utilización política que quiera hacer el candidato Correa del espacio noticioso, y que al parecer, tendrá otro en la emisora Ondas de Ibagué de 5 a 6 de la mañana.

Un candidato que aunque no tenga ideas ni propuestas serias, tiene emisoras y noticieros para descrestar calentanos,  personas humildes y vulnerables.