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Larga vida a El Nuevo Día

Larga vida a El Nuevo Día

Los periódicos impresos pasan por su peor momento.  Ocurre en Colombia y en el mundo. Y son los diarios regionales los que están llevando la peor parte. Para sobrevivir, la mayoría han empezado procesos de reinvención y de esa manera poder sostenerse en medio de una pérdida de ingresos como nunca antes se había visto.

Hace dos meses el diario económico La República, elaboró detallado y amplio  informe en la que registraba la difícil situación financiera por la que están atravesando los impresos en Colombia, en especial, debido a la crisis originada por  la pandemia del nuevo coronavirus.

Decía La República, que la pauta publicitaria en la coyuntura del covid-19 había caído entre 40% y 80%, según cifras de la (Asociación Colombiana de Medios de Información), con el agravante que por las medidas tomadas se ha imposibilitado la distribución de los periódicos en la calle. 

En el extenso artículo cita varios ejemplos, entre ellos el del periódico La Opinión de Cúcuta que se vio obligado a cerrar su edición impresa, solo quedó con la edición digital. También menciona La Patria de Manizales. De este tradicional periódico señala que tuvo que recurrir a préstamos para pagar la nómina, sin embargo, para no prescindir de ningún periodista, redujo su número de páginas, cambió su formato y está imprimiendo parte del periódico en blanco y negro.

Sobre el diario El Nuevo Día de Ibagué, La República escribió “que no ha podido cumplir con el pago de la nómina del mes pasado, lo que puede llevar a que, eventualmente, deje de circular”. Cuando dice “del mes pasado”, se refería a marzo. Terminó junio, entramos a julio y El Nuevo Día sigue en pie, dando la batalla, que se espera sea de largo aliento.

El Nuevo Día es una marca tradicional sembrada en el corazón y el afecto de los tolimenses. Con 28 años de existencia, se ha destacado por hacer un periodismo a la altura de lo que la región y la capital se merece. Si algo se debe exaltar durante esas casi tres décadas de labores, es la seriedad y responsabilidad con que ha asumido el trabajo periodístico. Por ello, el Tolima necesita que El Nuevo Día sea una empresa sempiterna.

Ya el Tolima tuvo la pérdida de un medio de comunicación importante como fue Tolima 7 días, por lo tanto, no puede darse el lujo de perder otro periódico de la trascendencia del llamado diario de los tolimenses. Si algo requiere el departamento en estos momentos es de una prensa sólida, plural, independiente y sin ataduras.

 Hoy el Tolima necesita tener un periódico que brinde garantías de periodismo serio y responsable. El Nuevo Día, además de poder ofrecer esa garantía, está llamado por su tradición a ponerse a la vanguardia de ese grupo reducido de medios que hoy en Ibagué hacen el esfuerzo supremo de cuidar esa independencia, de las oleadas de censura que por momentos surgen alimentadas con el chantaje que se ejerce con la pauta publicitaria.

Vale decir que resulta difícil para un medio de comunicación independiente sobrevivir en una ciudad y un departamento donde no hay grandes empresas y más complejo ahora, por la actual coyuntura económica. El reto, entonces, radica en contenidos de calidad con alta dosis de independencia, pues no solo hay que hacerle frente a la presión que se ejerce desde ciertos estamentos del poder oficial sino también frente a la proliferación de portales noticiosos, muchos de ellos creados solo con el interés de lavar la imagen al poder de turno, pero también no se pueden dejar por fuera de esa competencia a algunos empresarios de medios tradicionales, cuya función y único objetivo ha girado en torno a llenar sus bolsillos de plata donde el interés por hacer un periodismo de servicio y denuncia  es lo que menos cuenta. 

Ciertamente, la facilidad de acceso a la tecnología ha dado paso a la llegada de nuevos competidores, permitiendo que la tarea de informar deje de ser exclusiva de los medios tradicionales, llámense impresos, radio y TV.  

Pero como lo que nos ocupa en este escrito es El Nuevo Día, es urgente llamar la atención para que haya el apoyo y la solidaridad suficiente hacia esta empresa que aparte de lo que representa como símbolo para la región, están de por medio 120 empleos que se necesita proteger.

Como dato adicional sobre este crudo panorama que enfrentan los medios impresos, según la FLIP (Fundación para la Libertad de Prensa), al mes largo de haberse iniciado la cuarentena, en Colombia serían 800 personas las que se habían quedado sin trabajo en medios de comunicación, lo que indica que a la fecha esa cifra pudo haber aumentado.

  • Exjefe de redacción de Tolima 7 días
  • Autor del libro ‘Las claves de los buenos alcaldes’

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