Haciendo grandes esfuerzos por aguantar las ganas de no hacer nada,  encuentro en el  facebook  los llamados de auxilio de Tomás Latino abogando  por  los artistas mayores ante el Secretario de la Cultura y por su merecida pensión de  retiro  ante la Ministra del sector. En medio de este fuerte acecho del“ carroña virus ”, encontré también  los reclamos del Consejo departamental de Teatro del Tolima pidiendo mayor protección para los artistas y cultores en este encierro cruel de  pandemia universal.

Qué reclamos tan justos de quienes enaltecen  el arte dramático, con sus máscaras y personajes, con la magia de la representación, sus imaginarios de voces, luces  y utilerías nos recrean y divierten , nos cuentan de otros mundos de locuras , de tragedias y comedias.

Que pesar que al lado de los  grandes gremios de la producción y  del consumo, la voz de los artistas suena para algunos pero no truena en las  altas cortes del poder ni de los medios de información.
El llamado del sector teatral  señala la carencia de un ingreso estable y de seguridad social para las personas que dedicansu vida  a  la producción y promoción artística en un territorio  pródigoenvalores culturales y a la vez indiferente y mezquino  con sus artistas y creadores.

En “Prensa Nueva” el único periódico cultural del país que se editaba hace más de 20 años  en Ibagué, aparecen varios artículos que escribí, motivado por su director José Carbilio Valderrama, bajo el título : Apuntes para una historia del teatro en Ibagué, relatos de algunos hechos, que hoy las nuevas generaciones  podrían  alimentar, para continuar la búsqueda de  referentes  que ayuden a dar soporte a  un legado y  un quehacer  que no merece estar en tanto olvido.
En Ibaguéhicieron los primerosensayos en actuación y dirección, los hoy famosos artistas del cine y la televisión Jorge Alí Triana y Carlos Duplat, lo recuerda una antigua fotografía que circula por las redes,de la comunidad del barrio los Mártires celebrando la construcción del primer teatro popular de la ciudad,con un grupo de estudiantes del colegio San Simón y de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Tolima.

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Estos apuntes permiten recordar también a Hugo Álvarez “Tío Conejo” quien representaba al Tolima en el escenario nacional como uno de los pioneros del teatro de títeres y marionetas; A Carlos Emilio Campos “Campitos” actor satírico, famoso chaparraluno que marcó  una época  de las compañías de revistas musicales de Colombia y Latinoamérica. Figuras nacionales naturales de estas tierras  que nunca lograron una pensión ni beneficio de los manejadores del poder y la cultura.

Ahora Tomás Latino  reclama una pensión de jubilación por más de cuarenta años de servicios prestados a las artes escénicas del país. La historia  del teatro colombiano lo registra   cuando de la mano de Staruska mostraban las primeras obras del teatro callejero en Colombia, llenando espacios no convencionales con graciosas  farsas  y comedias   con impacto positivo en la formación y orientación de  estas  artes en el Tolima.

Por eso los reclamos del sector teatral tolimense deben ser atendidos y  más aún en estos momentos  es un deber y es obligatorioatender sus reclamos y a los  artistas mayores, reconocer sus aportes y sus vidas como  gestores de imaginarios creativos que no solo merecen aplausos cerrados del público sino  las acciones urgentes del Estado para que  su existencia vital sea más digna; mientras con este encierro obligatorio embolatamos la pelona.

• Por: Víctor Sánchez, Gestor cultural.