La debilidad de las jefaturas de prensa en la alcaldía y en la gobernación radica en sus mismas funciones: los jefes de prensa son supervisores de contratos, que terminan produciendo, junto a un grupo de comunicadores, piezas informativas, boletines de prensa, radio y televisión que muestran las acciones del equipo del gobierno y, en el mejor de los casos, cumpliendo con las normativas alrededor de los procesos de información a los que están obligados los alcaldes y gobernadores. El tiempo no les da para más. El 90% de las oficinas de comunicaciones en el país se dedica solo a la divulgación y al manejo de medios. Las oficinas de la alcaldía y la gobernación no son la excepción. No han existido en el pasado ni existen ahora procesos de comunicación estratégica en Ibagué y el Tolima

Desde la alcaldía y la gobernación, la oficina de comunicaciones debe superar las tareas del jefe de prensa y crear procesos que contribuyan a la transformación de actitudes, a la búsqueda de compromisos y a la generación de espacios que acerquen ciudadanos y estado. Crear pactos ciudadanos alrededor de decisiones de gobierno es clave, incluso desde ahora con la discusión de los Planes de Desarrollo. 

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¿Qué está pasando con los planes de desarrollo regionales? Claudia López, en Bogotá, ya los socializó, ya está creando procesos de construcción ciudadana en los que los bogotanos pueden discutir, aportar y hacer suyo el mapa de ruta. En Ibagué y en el Tolima no sabemos nada. Los gobernantes se han limitado a reaccionar frente a la agenda impuesta por la oposición o por los medios, olvidando que ellos no están ahí para reaccionar, están para liderar, y eso sólo es posible desde la comunicación.

¿Hacia dónde dirigen los gobernantes la ciudad? No lo sabemos. Sabemos qué piensan frente a uno u otro problema… pero no sabemos qué y cómo lo van a hacer y, peor aún, no han incluido a la ciudadanía en la solución de los problemas, para que sea la misma opinión pública la que defienda las acciones que tomen. Ahí es donde fallan… terminan absolutamente aislados de la ciudadanía, enfrascados en las rutinas naturales de la administración.

Han pasado dos meses desde que arrancaron las nuevas administraciones. Uno que otro boletín ha salido y de algo nos hemos enterado, pero se requiere mucho más. Se requiere de imaginación, creatividad y compromiso, de parte del todo el equipo, para seguir una misma política de comunicación que los acerque a la gente.