Por. Jaime Eduardo Reyes

La última encuesta de octubre de Cifras y Conceptos “Panel de Opinión” muestra, con un 26 por ciento, que en la agenda política el desafío más importante para el próximo año son las elecciones de Congreso de la República y las Presidenciales. También aparecen como desafíos la implementación de los acuerdos de paz y combatir la corrupción con un 23 % y 21 % respectivamente.

Los dos primeros desafíos hacen parte de la coyuntura política del siguiente año como quiera que existen fechas y un calendario establecido para su cumplimiento, el tercero es un desafío que necesita de tiempo para asignar valores en la sociedad y para modificar instituciones.

Las elecciones de Congreso están en un punto de total apatía de los ciudadanos gracias a la desaprobación que tienen la clase política y los partidos. Nunca antes en la historia política la gente había calificado tan mal a éstos, el 88 % desaprueba a los políticos y el 80 % a los partidos. Los escándalos de corrupción y la falta de liderazgo, que se heredan por el solo hecho de aspirar, hacen que nuevos líderes y dirigentes no quieran participar de este desprestigiado proceso. Sin una reforma política que cambie las actuales reglas de juego para la elección de Congreso es muy difícil llamar a nuevos electores o a una idea nueva de renovación política. Si en la conciencia de los electores se mantiene que una persona va a llegar en las mismas condiciones al Congreso a hacer lo mismo que hasta ahora hacen quienes están, la indignación y la inconformidad que estos tiene evitarán que le apuesten a un cambio y por lo tanto las cosas seguirán igual.

Y con relación a la elección presidencial esta va tomando una dinámica propia al definirse antes de que se termine el año cinco o seis candidatos con reales posibilidades, y dependerá del nuevo presidente si se establece un nuevo contrato social que diseñe un nuevo sistema de partidos y unas reglas de juego democráticas modernas.  

La encuesta también muestra que los desafíos más grandes de la agenda económica son el desempleo y el crecimiento económico con un 23 y 22 por ciento respectivamente. Para avanzar en este desafío es claro que se necesita darle una nueva dinámica a la industria y al campo mediante la promoción de nueva inversión extranjera, la construcción de bienes públicos por parte del gobierno e impulsando la competitividad y el desarrollo empresarial. El problema de esta ruta es que aunque desde hace tiempo está definida las condiciones macroeconómicas proyectadas para 2018 parecieran no van a colaborar

Para las zonas más afectadas por el conflicto la inversión privada puede ser promovida gracias a las exoneraciones de impuesto de renta y de la figura obras por impuestos, necesitando que los gobiernos regionales y los gremios económicos lideren la promoción de nuevas inversiones. Es muy difícil, casi que imposible, que se cree espontáneamente un nuevo tejido empresarial, se requiere de nuevas instituciones para lograrlo.

Así las cosas, estos desafíos parecen de difícil alcance ya que el actual arreglo institucional impregna de ciertas características y condiciones que hacen que el sistema difícilmente se preste para lograrlos.