Los corruptos se roban cada año 50 billones de pesos en el país. 50 billones. Para que tengan una idea, el presupuesto de toda la educación colombiana para el año 2020 es de 44.1 billones de pesos y el de salud, 31.8 billones de pesos. De ese tamaño es el robo. Si por los corruptos fuera, no habría escuelas ni hospitales. ¿Siente el ahogo que causa corrupnavirus?

En un estudio sobre corrupción realizado por la Universidad Externado de Colombia, el 91% de los empresarios participantes consideró que “secretamente” se ofrecen dádivas para obtener contratos que alcanzan, en promedio, el 17,3% del valor del mismo. Lo reconocen hasta los empresarios que contratan con el estado. ¿Siente la fiebre que provoca el corrupnavirus?

En 2018, cada día se abrieron 31 procesos por presunta corrupción. Es decir, que en todo el año hubo más de 11.300 casos. Sólo el 8% resultaron con condenas contra los responsables. Los entes de control, los que salen en los medios diciendo que no les temblará la mano, que tendrán un grupo de élite investigando cada centavo, están cooptados por los políticos que mueven los hilos de las investigaciones y de las condenas. Una investigación tarda en promedio 4.5 años. En promedio… así que habrá de ocho y diez. ¿Siente la debilidad que nos deja el corrupnavirus?

Usted le puede preguntar a cualquier persona y no habrá uno solo que piense que la corrupción es buena. Todos, ciudadanos y políticos, la aborrecen en público; pero sin duda, es un tema estructural, como decía Antanas Mockus, la corrupción se vive en los actos más cotidianos, en la ponderación del más vivo, en la apatía de los ciudadanos por el manejo del estado que se refleja en las elecciones: el nivel de abstención en Colombia bordea el 50%. Así que nos quejamos pero no participamos, no votamos, no vigilamos y de una u otra manera hacemos parte de la misma hipocresía.

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En medio de la tragedia que vivimos, llegan denuncias de todas partes del país. La declaratoria del estado de emergencia facilita los procesos contractuales y no falta quien se esté aprovechando de la misma. Los gobiernos locales (tanto la gobernación como las alcaldías) han sido blanco de críticas por sus procesos de contratación. La respuesta no puede ser el grito vociferante de siempre, que es persecución política, que todo se hace en derecho, que hace un llamado a la contraloría y la procuraduría y la fiscalía para que vigilen. Eso es más de lo mismo. Los contralores y personeros locales son elegidos por los mandatarios, eso no es un secreto. Cada llamado a los entes de control es un llamado a la espera eterna por un poco de justicia. Hoy más que nunca necesitamos mandatarios transparentes. Cada peso en cosas innecesarias se traduce en hambre para las comunidades que están pasando tiempos muy difíciles, cada peso de más que se pague en cualquier producto, no permite fortalecer nuestro sistema de salud para lo que se viene. Y lo que se viene será muy difícil.

Este es un momento histórico. Los mandatarios deben entender que los necesitamos al lado de la gente, gobernando de cara a la gente y no pensando en devolver el favor a quienes patrocinaron o apoyaron las campañas. La popularidad y los votos vienen detrás de una labor bien hecha. No es el momento de mezquindades. No se están comunicando de manera eficiente y no están poniendo a la ciudadanía de su parte. Si se equivocaron, reconozcan y corrijan, nadie estaba preparado para esta crisis y los errores son posibles; hagan públicos los contratos, expliquen continuamente qué están haciendo, por qué lo están haciendo y para qué lo están haciendo. La transparencia es más necesaria hoy que nunca y si lo logran transmitirla a la gente tendrán a una comunidad defendiendo su tarea. El corrupnavirus también nos tiene en cuidados intensivos y es el momento de cambiar la manera como se han hecho las cosas por los siglos de los siglos.

• Por: Carlos Pardo Viña, Escritor y periodista