Por: Pipe Ferro

Según un análisis realizado por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, CERAC, más de 547 mil nacionales en 2022 se radicaron en el extranjero, una cifra impactante que debería ser un escándalo nacional y tener al gobierno Nacional dando explicaciones, y, sobre todo, proponiendo soluciones a una problemática que podría traer consecuencias irreparables tanto en el tejido social y económico de la nación.

El aumento de colombianos que abandonaron el país es un récord histórico, que ni siquiera tuvo la crisis económica de finales de los años 90. El CERAC indicó que, en promedio, cada año salen un poco menos de 200.000 ciudadanos del país, sin embargo, durante el 2022 se triplicó hasta 2,7 veces con un total de 547.000 emigrantes.

Lo anterior significa que 1 de cada 100 nacionales decidieron marcharse de Colombia. Jorge Restrepo, director de la CERAC y profesor de la Universidad Javeriana, señaló durante una entrevista que, la incertidumbre, la devaluación y falta de oportunidades serían los principales factores para que la ciudadanía quiera radicarse en otros países.

• Puede leer: ¿Y la salud en el gobierno del cambio?

Pero es aún más inquietante y sobre todo preocupante es que sean los jóvenes entre 18 y 29 años de edad, quienes abandonan el país de forma permanente. Una clara muestra de que en Colombia se le siguen cerrando las puertas de las oportunidades a nuestros muchachos.

Cuando un joven se va en busca de sueños y metas al extranjero; es una fuga de talento invaluable que afecta el desarrollo del país en el mediano y largo plazo. Un país que deja ir a su potencial fuerza productiva, que son los jóvenes, por falta de garantías y posibilidades, es un país que está condenado al subdesarrollo.

Es paradójico que los jóvenes que en su mayoría votaron por Gustavo Petro, sean los que hoy en se marchan del país. Muy pronto se dieron cuenta de que las promesas y anuncios hechos por el hoy mandatario de los colombianos, eran solo palabras y discursos vacíos que no se van a llevar a la realidad, y que, por el contrario, en vez de mejorar las condiciones de vida de todos los colombianos, amenaza con acabar con lo construido y llevarnos por la senda del fracaso como en países vecinos.

Por lo anterior, ratifico que el camino es el emprendimiento. Si bien no es una tarea fácil y menos en nuestro Departamento y especialmente en Ibagué, una ciudad que hoy ocupa según cifras del DANE el deshonroso primer lugar en desempleo del país, con una tasa del 16%, muy por encima del promedio nacional que es del 11,4%.

• Lea también: ¿Útiles escolares o mercado? ¡Esa es la cuestión!

El emprendimiento es una posibilidad real para bajar estos alarmantes índices de desocupación, pero ¿qué está haciendo la Administración Municipal en este sentido? Pues parece que poco, son muy buenos en dar grandes anuncios, en realizar eventos pomposos, e ilusionar a la ciudadanía, pero a la hora de los resultados, pocón, pocón, por no decir nada.

No tengo duda que los jóvenes que se quieren quedar pueden crear empresa y generar empleo, logrando así el alcance, metas y proyectos que también puedan fomentar una cultura de más emprendimiento y su fortalecimiento para la sostenibilidad del tejido empresarial local y regional.

De esa forma la construcción de país empieza y se queda aquí. Trabajando por sus familias, incrementando estrategias económicas, explotando talentos; y mil cosas más que podemos encontrar, en tantas personas, que solo están buscando las oportunidades para salir adelante, sin tener que dejar su familia, amigos y arraigo.

Pipe Ferro

*Presidente Asamblea del Tolima