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Ataco y el despilfarro de una alcaldía

Ataco y el despilfarro de una alcaldía

Se nos ha hecho creer que Colombia es un país pobre. Cuando dicha sentencia viene acompañada de pertenecer a una economía tercermundista, pues se termina en aceptar que la condena a ser pobres es irreversible.   

No se trata, desde luego, de hacer aquí un abordaje sobre la pobreza multidimensional o sistémica. Solo ocupémonos para este caso puntual de que el Estado colombiano nunca tiene dinero.

Por ejemplo, cuando el estamento educativo a través de Fecode exige mayor presupuesto para la educación, el gobierno responde que no hay plata. Cuando los estudiantes de la Universidad Nacional exigen matrícula cero, el gobierno de manera tajante dice que no alcanzan los recursos para una cobertura total. Cuando los médicos exigen mejores condiciones laborales, la respuesta es que no hay presupuesto.

Sabemos que plata sí hay. Lo que pasa es que se la roban y de un tiempo para acá empezaron a robársela toda. Lo dijo el exprocurador Edgardo Maya que los corruptos se roban 50 billones de pesos al año.  

Ataco es un municipio pequeño, pero rico en recursos, sin embargo, el atraso que presenta es alto. Un estudio reciente de la Fundación Éxito sobre Índice de Desnutrición Crónica 2020, arrojó que este municipio tiene nivel crítico de desnutrición en sus niños.

Y saben qué pasa en Ataco?. La actual Contraloría Departamental del Tolima, (A propósito, volvió a sonar este ente de control, pues hacía rato que no se tenía noticia, en especial el periodo 2016-2019), en una auditoría realizada a esta alcaldía, vigencia 2019, halló los casos más vergonzosos de desidia, ineficiencia y despilfarro. Lo de Ataco es para observarlo con lupa. No es un mal menor la estela de irregularidades que allí quedaron al descubierto.  

De acuerdo con esa auditoría, la administración municipal de Ataco 2016-2019 suscribió 1.534 contratos que costaron 31.000 millones de pesos. La mayor contratación se dio en el último año de gobierno (2019), 633 contratos que costaron la suma 15.071 millones de pesos. La auditoría fue practicada a 30 contratos de la vigencia 2019.

En ese último año de gobierno, la contratación alcanzó un crecimiento de 167.27 por ciento, una cifra exorbitante y escandalosa para un municipio como Ataco. Según la Contraloría Departamental, el municipio abusó de la contratación directa. Además, hubo concentración de la contratación en algunos contratistas. En tres negocios jurídicos, adjudicados a un mismo proponente, los contratos suman 9.618 millones de pesos.

Se resalta el caso de un contratista al que se le adjudicaron en el cuatrienio 32 contratos por valor de 637 millones de pesos, de los cuales 19 se le otorgaron durante la vigencia 2019.

 

Pero como si esto no fuera suficiente, la Contraloría encuentra que la concentración de la contratación no solo se presentó en la construcción de obras. Por ejemplo, resalta una fundación a la que se le otorgaron 57 contratos con los más diversos objetos. Se trata de esas fundaciones que hacen de todo y saben de todo, por la variedad en la lista del objeto social. Esto le permitió a dicha fundación tener contratos por 1.355 millones de pesos.

De acuerdo con la auditoría, se encuentra que la alcaldía adquiere 10 congeladores con destino a las instituciones educativas. Estos elementos fueron adquiridos en el mes de octubre de 2019 y a abril de 2020, fecha de la realización de la auditoría, solo se había realizado la entrega de cuatro congeladores, el resto seguía en la bodega del almacén de la Alcaldía, en condiciones no aptas para su conservación.

En un contrato de 60 millones de pesos, la Alcaldía adquirió 769 textos escolares especializados para potencializar la cultura del emprendimiento en las instituciones educativas del municipio.  Pese a que la alcaldía informó que el municipio ya había iniciado dicho programa, para el momento de la inspección de la auditoría, se estableció que los 769 textos escolares aún se encontraban en las bodegas del almacén, empacados en cajas destapadas, rodeados de otros elementos y en condiciones ambientalmente inadecuadas.

Pero la tapa de todo es que la Contraloría descubre un desembolso de 1.572 millones de pesos como anticipo para mantenimiento de un acueducto rural y la obra no se realizó. Es decir, en la alcaldía de Ataco 2016-2019, según esta auditoría, en buena hora realizada por la Contraloría Departamental, la plata de los contribuyentes de Ataco se volvió fiesta. Por ello, en un municipio pequeño como este, 20.000 habitantes, los niños están en nivel crítico de desnutrición. Ahí está, en buena parte, la verdadera razón de porqué somos pobres.

Adenda 1. Para hacer un poco de memoria. El gobierno de Guillermo Alfonso Jaramillo en Ibagué realizó 8.460 contratos por prestación de servicios. El costo de esa contratación fue de 144.000 millones de pesos. Ciento cuarenta y cuatro mil millones de pesos.  Cuántos de esos contratos dieron frutos y cuántos no?.

Adenda 2. En municipios como Líbano, Mariquita y Honda, la ciudadanía anhela que la Contraloría Departamental del Tolima también ponga los ojos y audite los periodos 2012-2015 y 2016-2019.

*Autor del libro ‘Las claves de los buenos alcaldes’

Ex jefe de redacción de Tolima 7 días

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