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Aléjese de la gente tóxica
El mundo en momentos como estos necesita mensajes de esperanza donde la fe se convierta en uno de los pilares para llevar la cuarentena con menos desasosiego. El bloqueo o aislamiento de personas tóxicas así sean cercanas es buena para su salud mental.
Una persona tóxica es un ser que nos afecta directa y negativamente. Tiene patrones egocéntricos, es insegura y necesita de personas a su lado para descargar sus frustraciones, consumiendo así la alegría, la energía y el positivismo de las personas de su entorno.
Las redes sociales ahora son el foco de atención. Facebook y WhastApp son los canales preferidos por estas personas que envían mensajes que nos vulneran. Mensajes diferentes a las posiciones ideológicas o religiosas, por ejemplo, también deben manejarse con tacto antes los demás.
La hipersensibilidad en la que andamos por cuenta la cuarentena debe ser motivo para ir depurando aquello que nos molesta, en especial esas personas tóxicas. Sin embargo, se convierte en una prueba de fuego frente a la tolerancia y el respeto a la diferencia, todos en el marco de la construcción de un discurso nuevo en cada uno de nosotros donde podamos crecer en todas las esferas.
Combatir la gente tóxica se puede. Hablar con esa persona sobre lo que le gusta o no marcando límites le permitirá seguir en contacto con él o ella. De lo contrario, empiece a alejarse, a bloquearlo en los canales de comunicación que generalmente utilizan.
Si es en WhastApp donde está el problema en uno de los grupos de interés que se manejan, como el colectivo de egresados del colegio, universidad, barrio, o, deporte. Hable con él o ella y coloquen reglas de juego claras que permita una sana convivencia.
Identificar las personas tóxicas vs tolerancia nos hará la vida más fácil. Porque caer también en la intolerancia es una forma de ser tóxico desde el ser siempre víctimas. El autoanálisis le ayudará mucho en éste propósito.
Los victimistas, que responsabilizan de todo lo que les ocurre a los demás, contagiando el sentimiento de culpa a través del chantaje emocional.
Los que critican y descalifican cualquier actuación o idea que tenga su víctima, creando un sentimiento de inutilidad y debilitando su autoestima.
Los agresivos verbalmente, intentando provocar inseguridad en su víctima para hacerla débil, humillándola y faltándole al respeto.
Los manipuladores, los que siempre están engañando en beneficio propio.
Los cotillas, que propagan rumores negativos sobre personas ausentes (las personas que critican a otras que no están presentes no son fiables).
El narcisista, el que se cree perfecto y no soporta que le lleven la contraria, el que siempre da lecciones sobre cómo se tienen que hacer las cosas y se cree con derecho a descalificar y menospreciar al que contradiga sus decisiones o creencias.
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