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Abrázame muy fuerte
Por: Óscar Viña Pardo
Pasadas las 6 de la mañana del jueves, con el fuerte temblor lo primero que se hace es por las redes sociales preguntar como están los nuestros. Unos hablaron que no lo sintieron y otros entraron en pánico. Pero, la respuesta que me puso a reflexionar fue la de mis suegros. Él un hombre mayor de 95 años, ella no me permite decir su edad. Pero su respuesta traspasó en mi corazón.
Ellos viven en un sexto piso, y su capacidad de reacción es baja frente a los protocolos de emergencia que indican que se debe evacuar por la escalera. No, ellos se miraron y abrazaron esperando cualquier desenlace. Al fin y al cabo, ya han vivido con creces y son pocas las cosas que les queda por tachar en la lista de la vida.
Todos anhelamos un abrazo, quizás de manera inconsciente o consiente el abrazo que necesitamos en el aquí y el ahora, es nuestro propio abrazo. Abracémonos, como lo dijo el maestro Juan Gabriel al interpretar Abrázame muy fuerte.
“Abrázame que el tiempo pasa y ese no se detiene
Abrázame muy fuerte amor que el tiempo en contra viene
Abrázame que dios perdona pero el tiempo a ninguno
Abrázame que no le importa saber quién es uno
Abrázame que el tiempo pasa y él nunca perdona
Ha hecho estragos en mi gente como en mi persona
Abrázame que el tiempo es malo y muy cruel amigo
Abrázame muy fuerte amor”.
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Los abrazos de mamá, de la abuela, de los hijos, del amor que se fue, del amor platónico; tantos abrazos con significados diferentes nos deben ayudar a reflexionar sobre esa necesidad de abrazarnos una y otra vez y contemplar ese momento único donde esos abrazos que no tienen precio, porque la fortuna está en ese valor sentimental llegan a nuestra mente a nuestro corazón.
Este temblor del jueves, esa acción de mis suegros me llevan a reflexionar sobre el valor de un abrazo, esa acción de abrir sus brazos y dejar los corazones unidos, en uno de los actos que para mi esta lleno de honestidad, porque cuando se abraza de verdad se desnuda el alma.
Trato de abrazarme todo el tiempo, de abrazar a los míos desde el pensamiento cuando están lejos de mí, demostrándome que me amo y amo a los que pienso y traigo a mi mente en estos momentos. Me abrazo muy fuerte y doy gracias a Dios por quienes me han abrazado en mi vida, a ellos también gracias, porque no tengo como pagarles, o quizás sí. Solo desde ese amor que contemplo para los demás.
Abrazame muy fuerte
Oscar Viña Pardo
Comunicador social - Periodista
Conferencista
Autor del libro Recuerda que Nada es Personal
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