Análisis
Las comparsas del barrestimo
No es un secreto, y desde que se posesionó el gobernador Óscar Barreto, mostró sus intenciones de poner la chequera de la administración departamental al servicio de su sobrino Miguel Barreto, con el fin de llevarlo al Senado.
Esta tarea la ha desmallado a plenitud y ha sido consecuente con su estilo politiquero de gobernar, un poco rayando en la ilegalidad. Así las cosas, no es gratuito que el patrocinado por el jefe de la administración departamental al Senado, aparezca en las fotografías en la tarima central junto a su jefe político en la celebración del Día del Tolima, el pasado viernes 28 de abril, en el municipio de San Antonio, en una actitud que algunos consideran ya descarada.
No es la primera vez que esto ocurre. Recordemos que el actual Representante a la Cámara Miguel Barreto, se ha convertido en el llavero o mancuerna del gobernador seccional para cargarlo y exhibirlo en todos los eventos que organiza el Palacio del Mango, llámese feria de cafés especiales (Planadas), Festival de la Trucha (Anzoátegui), el nombre y el lugar no importa, así estos acto sean de relumbrón y no dejen nada concreto para las comunidades, el todo es exhibir el candidato y que aproveche los recursos oficiales para hacer política.
Estas comparsas con fanfarria, medios y 'periodistas' incluidos, a los municipios a medida que avanza la campaña electoral se hacen más frecuentes y lindan con la violación de la ley y las normas que prohíbe que este tipo de eventos se utilicen para hacer campañas políticas. Infortunadamente, los entes de control como la Procuraduría Regional o Provincial, son muy lentos o no existen para investigar y sancionar estos casos.
Pero análogo a estas caravanas, también se puede hablar de las estrategias del gobierno departamental para poner la administración al servicio de su candidatura al Senado, como la llamada restructuración de la Universidad del Tolima (UT), donde solo se persigue apuntalar el clientelismo barretista en el principal centro educativo de enseñanza superior, contando para ello con la complicidad de parte de algunos dirigentes de organizaciones como Aspu y Sintraunicol, interesados en sacar la mejor tajada personal de esta reforma, antes que solucionar los verdaderos problemas de la UT. (Puede ver: Incertidumbre en la UT por manipulación de restructuración)
Otro ítem de los tantos que existen, que se le puede añadir a esta desaforada y perversa carrera politiquera de la administración departamental, es la presión que está ejerciendo sobre la administración municipal de Ibagué, con la cacaraqueada pavimentación de 300 calles, cuando tiene abandonadas las carreteras del sector rural que le corresponden atender legalmente tal y como lo denunció el secretario de Desarrollo Rural, César Picón. Las vías abandonas por el departamento a su cargo son: San Bernardo-San Juan de la China; Ibagué-Rovira y Libertador-Juntas.
Cabe preguntarnos: ¿Si el departamento no tiene recursos para atender estas vías, de dónde va a sacar dinero para pavimentar las calles de Ibagué, que valen más de 60 mil millones?
Nos asalta el temor que estos ofrecimientos también forman parte de la campaña de los Barreto, para conseguir votos con ofrecimientos que nunca van a cumplir, porque son obras que carecen de planificación que solo aspiran a pavimentar el frente de la casa de ciertos dirigentes comunales de barrios del resorte de la gobernación.
Todo este conjunto de hechos, nos llevan a confirmar las sospechas que desde un principio tuvimos: el deportismo personalizado en la gobernación de Óscar Barreto, en esta oportunidad, apoyando a su sobrino Miguel Barreto al Senado con los recursos que pagan todos los contribuyentes.
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