Desde que se llevaron las cerca de 350 hojas de vida de personal de la Universidad del Tolima, en forma furtiva, al amparo de la oscuridad de la noche, existe zozobra e incertidumbre por lo que pueda pasar con la restructuración del principal centro de enseñanza superior del departamento.

Este hecho que raya con la ilegalidad, llena de desconfianza a los distintos estamentos universitarios y se presta para el análisis y las conjeturas que van desde un acto de espionaje a funcionarios y estudiantes, hasta presumir que se trata de una estratagema para definir los perfiles de las personas que saldrán favorecidas con la cuestionada restructuración de la universidad.

Los favorecidos, según los quejosos, serán dos sectores fundamentalmente: la línea conservadora del gobernador Óscar Barreto, que se tomó el alma mater, para apuntalar la candidatura al senado de su sobrino Miguel Barreto y a los que fabricaron la llamada 'huelga de hambre' para presionar la salida del anterior rector José Hernán Muñoz.  A los primeros por formar parte de la estrategia política del mandatario seccional para su beneficio pernal,  y a los segundos, para pagarle sus ´buenos oficios´  de idiotas útiles en la conspiración planificada para sacar a Muñoz.

Existen versiones en el sentido que ya existe una selección de personal que se hizo en la rectoría de la universidad y en la secretaria de Planeación del Departamento, donde supuestamente se manipularon soportes y confección de perfiles que serán incluidos en el concurso público de méritos.

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Saldrían cerca de 200

Existe una convicción generalizada que la lista de funcionarios a remover de los distintos cargos se acerca a las 200 personas, especialmente por motivos políticos y revanchas personales, más no por razones técnicas o de un estudio serio sustentado como se pensó al inicio de la llamada restructuración que se realiza con la Universidad del Valle.

En este sentido, los críticos de la administración actual de la UT, encabezada por el rector Omar Mejía,  a través de comunicados y mensajes en redes sociales, señalan que la restructuración se maquilló de tal forma que se diseñó para "(...) blindar en un posible remezón las cuotas de Aspu, Sintraunicol, como lugartenientes de la actual administración conservadora; lo mismo que a las cuotas burocráticas de los consejeros Daniel Martínez, Fernando Misas, Alexander Martínez y Fredy Lozano, así como unos tantos de Héctor Villarraga y Jesús Ramón Rivera". En este grupo, también se incluyen a los promotores de la falsa y mediática huelga de hambre que buscaba sembrar zozobra y supuesto caos en la universidad para sacar al anterior rector; y que, hoy  prácticamente han desaparecido de los escenarios estudiantiles.

Las inconsistencias y la falta de rigor técnico de la restructuración que se implementa, han dado pie para el anuncio de demandas anticipadas contra la restructuración, que según profesores que pidieron reserva de su nombre por obvias razones, "Se trata simplemente de justificar la salida de personas no afines a la derecha que hoy controla la UT; así como abrir camino a los nombramientos al final de este año de las cuotas políticas de Miguel Barreto, el primo del Gobernador, que aspira al Senado para el 2018, al ser este apoyo parte del acuerdo logrado con las instancias al interior de la UT. Por lo tanto, su contenido, metodología, aplicación y resultados serán demandados entre otros conceptos por la falsedad contenida en documento público,   dadas las irregularidades detectadas hasta hoy".

En conclusión, los contrarios a la reforma y restructuración de la universidad, en la forma que se está planteando, están preparando documentos, grabaciones y testimonios para las respectivas demandas, al considerar que existen motivos ocultos donde se ha desviado el verdadero sentido técnico por el politiquero. Eso lo decidirá la justicia contenciosa-administrativa en los juzgados y tribunales.