Por: Humberto Leyton

El efusivo, fraternal y cariñoso saludo que se dieron el abogado Gustavo Osorio y el procesado exalcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez, principal promotor del desfalco de los fracasados Juegos Nacionales 2015, al inicio de la audiencia de formulación de acusación, es el presagió de las artimañas que se van a esgrimir en este caso para salvar al corrupto exmandatario local.

Lo sucedido el pasado jueves 01 de marzo, en esta diligencia judicial a instancias del juez Octavo Penal Municipal, es una descarada treta planificada para obstruir el normal desarrollo de este proceso y una forma de devolver favores entre viejos amigos. De todos es conocido el apoyo político y en contratos que le dio Luis H. al hoy mandatario seccional en la campaña del 2015, donde presentaron como formula a John Esper Toledo a la Alcaldía y Barreto a la gobernación del Tolima.

Es también de conocimiento público que desde que las mafias perdieron el poder municipal en enero de 2016, después de haber dejado a Ibagué en la bancarrota, comenzaron su traslado a la gobernación y, allí, tienen su representación proporcional "Los Trillizos", como Claudia Mestre, hermana de Oswaldo Mestre, que ocupa un alto cargo en el palacio del Margo. El abogado Gustavo Osorio por partida doble, era contratista de Luis H. y a su vez, en representación del barretismo impulsaba y perifoneaba la candidatura de Toledo, a quien aspiraban dejar como sucesor del responsable del robo de los Juegos Nacionales para que le tapara todos los actos dolosos de su administración; pero además ahora este litigante funge como asesor de la gobernación, vocero y buscapleitos del jefe de la administración departamental.

Estos nexos innegables forman parte de la misma clase política que manejó el municipio en la pasadas administraciones y que ahora quieren torpedear, sabotear y obstaculizar con el fin de impedir el normal desarrollo del proceso contra los responsables del hurto de los Juegos Nacionales. El deplorable acto  cuando se presentó el abogado Osorio a la audiencia, so pretexto de representar a la gobernación del Tolima como víctima, estaba premeditado y como dice el defensor del Imdri  Adolfo Salas: "Estaba libreteado". 

Lo habían planificado en el piso 10 de la gobernación. Tanto el gobernador Barreto, como su abogado Osorio, sabían que el juez se declararía impedido para continuar la audiencia debido a que este último fue abogado del juez en un proceso penal ante el Tribunal Superior. Esta actitud, si bien es cierto no es impedimento legal para actuar,  al menos, demuestra la falta de ética por parte del togado y la intención del mandatario seccional de obstaculizar el proceso.(Puede leer: Gracias a la gobernación aplazaron audiencia de acusación contra Luis H.)

El socorrido argumento que presentó Osorio en algunos medios de comunicación de hacerse parte del proceso para pedir que se involucren a otros actores, no es cosa distinta que ponerle palos en la rueda al normal desarrollo del proceso y buscar ganar  tiempo para que la Fiscalía no pueda formular los cargos y luego pedir la liberta del procesado por vencimiento de términos; conocer información privilegiada como nombres de testigos, secretos que se manejen en el proceso y, también ¿por qué no? ganar tiempo para que los abogados de los sindicados tracen una estrategia de defensa y hagan un proceso de nunca terminar y que los principales responsables queden en libertad y el robo de los Juegos de Ibagué pase a ser un sumario más en la suma de  impunidades de nuestro país.

Y finalmente, otro de los ingredientes que seguramente le sumará a este proceso el litigante Osorio será el político, donde tratará de salpicar a unos y salvar a otros, especialmente a sus copartidarios conservadores barretistas, incluyendo al propio Luis H. cuando en estos actos están comprometidos los diferentes colores y matices de la política ibaguereña.

De este tamaño es el torpedo que le lanzó la gobernación del Tolima como salvavidas al nefasto Luis H. y su combo.