Ante el anuncio de su retiro definitivo como columnista de opinión del escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazabal, el exministro y exsenador tolimense Alberto Santofimio Botero, dice que esta decisión es dolorosa para los lectores de un escritor independiente. 

En una breve carta  Alberto Santofimio Botero, lamenta el retiro del conocido escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazabal como columnista de prensa y de opinión, y dice que: "Tu decisión de abandonar la columna, es comprensible, por la fuerza dialéctica de tus argumentos, pero dolorosa para tus lectores y admiradores de tantos años".

En efecto, en las últimas horas en una columna que público el escritor tulueño  en el periódico ADN, anunció su retiro después de 50 años como columnista de prensa, debido a los ataques despiadados, cobardes y calumniosos lanzados a través de las redes sociales.

Transcribimos para juicio y criterio de nuestros lectores los dos textos de las notas escritas por Gardeazabal y Santofimio, respetivamente.

"El oficio de columnista ha pasado por muchas variables en los 50 años que llevo ejerciéndolo. Cada vez se ha convertido en mucho más molesto que cuando los intocables de siempre preferían disparar para acallar.

La creciente irresponsabilidad que generan las redes ,la velocidad con que se fusila moralmente a quien se atreve a escribir columnas vaciándolo con falsas noticias o con insultos a doquier lo ha hecho un oficio ,a más de riesgoso, infinitamente fastidioso. Últimamente, en la medida en que a las redes y correos cualesquiera tiene acceso y libertad para  que opine o pontifique  sin importar ni medir su nivel cultural, me he ganado baldados de insultos y multivariedad de estigmatizaciones que a mis 75 años no creo que deba seguir recibiendo.

Por otro lado, día a día, me he ido convenciendo que mis apreciaciones buscando la certeza son tan despreciables y tan poco valoradas en el trascurrir de Colombia que me siento un orate predicando en una de las esquinas de Tuluá, donde no pude volver desde hace 5 meses porque el alcalde, por una columna, me ha tirado a 511 perros de presa. Nunca he pretendido ser el orientador de la opinión nacional  pero frente a lo  que pasa por estos días, y lo que va a pasar, he  reflexionado hasta el punto de tomar la determinación que ésta sea mi última columna.

Me retiro satisfecho y agradecido de haber tenido tantos lectores y un periódico como ADN que protegió a toda costa mi libertad de pensamiento. Pero no doy más. Mi edad, y mi deteriorada salud no puedo seguirlas juntando con las canecadas de oprobios o los señalamientos sin pudor que me escupen por redes y correos. Me retiro a vivir lo restante leyendo y escribiendo y cuidando mis animalitos, buscando la tranquilidad que he perdido. Tal vez daré los consejos del anciano retirado a quien me busque en mi refugio de eremita a orillas del río Cauca.

Mil gracias a todos. Adiós".

gardeazabal@eljodario.co

Querido Gustavo: Tu decisión de abandonar la columna, es comprensible, por la fuerza dialéctica de tus argumentos, pero dolorosa para tus lectores y admiradores de tantos años. En esta cultura letal de los antivalores, en un país sin justicia, sumido en una profunda crisis, tu silencio en los medios, es otro golpe, a los librepensadores, lastimados, por el odio, la venganza y las miserables  persecuciones. Gracias, por las innumerables veces, que levantaste con significativo valor, la elocuente independencia de tu pluma, para defenderme de la ordalía corrupta que conmigo se ha ensañado. Ya no estamos ,como en la imaginación del Dante, en la mitad del camino de la vida, sino en el otoño final de la existencia. En el Porce, al que espero poder volver un día, goza la plenitud de tu talento ilustrado, escuchando el rumor del rio Cauca, rodeado de la naturaleza, y militando, hasta la hora final, en el recio esplendor de la verdad,  de la libertad y de los sueños intactos que te impulsaron, desde la ya lejana juventud..Como preso político, secuestrado, por cuenta del Cartel de la Toga, y sus corruptas ramificaciones menores, pero altamente letales y perversas, te envió un fraternal abrazo, con la amistad de siempre.

ALBERTO SANTOFIMIO BOTERO