Actualidad
La UT no es como la pinta el rector ni sus directivos
Al enfrentamiento por la forma como se deben contratar algunas obras de infraestructura de la Universidad del Tolima (UT), entre el rector Omar Mejía y el gobernador Óscar Barreto, que al parecer, provoca la renuncia del primero, se suma la agudización de la crisis académica, financiera y administrativa del principal centro de estudios de enseñanza superior del departamento.
Mientras la gobernación y el rector de la universidad se enfrentan por si la licitación debe ser pública o a través de Fonade (en este rubro de la contratación es donde está la plata), los estudiantes de nuevos programas académicos entran en asamblea permanente o combinandolas con las clases, como Ciencias Sociales y Comunicación Social. Las prácticas académicas de los estudiantes siguen suspendidas, la baja calidad de la educación se incrementa y la incertidumbre conde por todos los rincones del Alma Mater.
A ello, se agrega un panfleto que circula por redes sociales a través de un perfil falso, donde se indica que el desfalco de la UT asciende a 108 mil millones de pesos y que el déficit real se eleva a 78 mil millones, citando como base supuestos apartes del estudio de restructuración que está realizando la Universidad de Valle. Esta noticia, al parecer, forma parte de una falsa información que tiende a convertirse en propaganda negra, ya que del descalabro solo culpan a la anterior administración, cuando la crisis de la universidad pública es estructural, y en el Tolima, se agudizó desde la rectoría de Héctor Villarraga, cuando nombró a más de 300 personas, que elevó el presupuesto de nueve mil a más de 18 mil millones de pesos, los gatos de planta de la universidad sin existir ningún estudio ni verdadera capacidad financiera para sostener ese tren burocrático.
Por eso, se nos hace oportuno un comunicado aprobado en las últimas horas por la Junta Directiva ampliada de la Asociación Sindical de Docentes de la Universidad del Tolima (Asdut), que bajo el nombre de: "La crisis real, la crisis prefabricada y la negación sistemática de las causas estructurales para la construcción de una nueva historia", hace una radiografía de la situación actual del Campus, que por considerarlo de importancia, transcribimos textualmente, el documento de la agremiación que preside el docente Félix Salgado, donde muestra que la UT no es como la quieren pintar sus directivas.
"A ellos habría que recitarles la frase del Obispo de Reims en el año 496 al bautizar al rey pagano Clodoveo: “¡Dobla la cerviz, fiero sicambro! ¡Quema lo que has adorado y adora lo que has quemado!”
1. A una enrarecida atmósfera histórica intencionalmente creada por la desatención del Gobierno nacional y los gobiernos departamentales a las Universidades Públicas estatales, se fue sumando el nefasto manejo de la situación interna en la UT, lo que finalmente dio pie a que, de manera oportunista, la administración de Oscar Barreto, con el concurso descarado de la Junta Directiva de ASPU se tomaran la Universidad prometiendo una REFORMA PROFUNDA, el saneamiento de la crisis financiera, un proyecto nuevo de Universidad y una NUEVA HISTORIA. Ellos negaron no solo la evidente y arrasadora política del Estado Neoliberal orientada a la aniquilación y asfixia presupuestal de las Universidades Estatales, sino que se negaron a reconocer que el fondo de la crisis financiera no era responsabilidad del rector anterior, como no lo es tampoco del actual, quien fuera además Secretario General del anterior. Tampoco asumieron posición con respecto al chantaje del actual gobernador quien aumentó en 2.500 millones de pesos la transferencia anual del Departamento a la Universidad para comprar el manejo de los altos cargos directivos y hacerse, desde la rectoría, al manejo clientelista de las decanaturas, direcciones de pregrados y posgrados, y de ahí para adelante, de todas las órdenes de prestación de servicios, llevando la vida universitaria a una corrupción total. Nuestra Universidad se ve ahora manejada con el mismo criterio clientelista con el que se manejan muchas alcaldías y gobernaciones. La Universidad del Tolima corresponde, en un simple ejemplo de juego organizacional, a una “empresa” en la que el gobernador compra el 5% de sus acciones (con dineros oficiales) y se convierte en el accionista mayoritario. A tan vergonzosa situación hemos sido llevados que lo que ASPU decía criticar y no admitir, hoy forma parte de sus prácticas. La diferencia es que ahora todo se justifica como parte de una NUEVA HISTORIA. Un descaro. Tampoco se ha dicho nada desde ASPU sobre los 2.500 estudiantes becados por la Gobernación para estudiar en UT, hecho que saludamos como el deber ser de la Universidad Estatal, pero que se corrompe cuando se hace como un acto de politiquería pues los recursos no son del bolsillo del politiquero sino que son recursos del Estado. Las preguntas por responder son varias: ¿Quién garantizará la permanencia de estos jóvenes en la Universidad?; ¿Quién responderá después del señor Barreto por ellos?; ¿Quién garantizará su continuidad?, ¿Dónde están los recursos de Bienestar Universitario para atender sus necesidades?; ¿Dónde están los recursos para vincular la planta docente que se requiere para atender la ampliación de la oferta educativa?, ¿Dónde están los recursos para las prácticas si, por el contrario, se están haciendo recortes a las actuales? Cuando ni siquiera se han suplido con docentes ocasionales los profesores de planta que se han venido jubilando o que se han retirado de la institución, surgen muchas preguntas sin respuesta.
2. Nos preguntamos también, y no somos los únicos: si el Plan de Desarrollo 2013-2022 y el PEI eran tan malos, ¿por qué siguen rindiendo sus informes con ellos como documentos de soporte?, ¿Por qué han sido incapaces de formular su NUEVO PEI y un NUEVO PLAN DE DESARROLLO? Quizá ya se hizo tarde para que salga un nuevo PEI y un Nuevo Plan de Desarrollo con el slogan conservador de la “NUEVA HISTORIA” con el que se promocionó la Feria de Cafés Especiales de Planadas del año 2016. Da hoy mucha vergüenza el abandono al lema de una Universidad con excelencia académica y compromiso social y ambiental para abrazar el lema de una “NUEVA HISTORIA”, propuesto desde un sector del conservatismo del Tolima.
3. Ya se ha mencionado, pero debemos decirlo nuevamente que el empréstito negado a la administración anterior, por ser una “mala” iniciativa, lo hicieron casi en secreto finalizando el año 2016 y lo pagaron rapidísimo comenzando el 2017. Ahora, no obstante, trabajan sobre la idea de solicitar un empréstito de al menos 26 mil millones de pesos para salir de la crisis. Compartimos por supuesto que se recurra a dicho empréstito aunque condicionado a un plazo no menor de 10 años, con tasa preferencial y con un estudio claro de amortización. En fechas recientes, otras instituciones como la Universidad de Caldas han tenido que recurrir a empréstitos para garantizar el funcionamiento, hecho que evidencia la crisis estructural de la universidad pública colombiana.
4. Al imponer a Omar Mejía como rector, sin estar aún claro si cumplía los requisitos para el cargo, (como no se sabe tampoco del Vicerrector Académico), éste accedió al trono clausurando, absolutamente todos los procesos democráticos al interior de la Universidad. Mejía impuso, como había sido espuriamente impuesto él, un régimen autoritario verdaderamente propio de la más atrasada expresión del modo de producción agraria: la hacienda ganadera. El actual rector interino se ha atribuido facultades para posesionar personas en cargos inexistentes (direcciones de posgrados, por ejemplo), además de nombrar más de dos docenas de personas nuevas en modalidades aun no conocidas de vinculación. En una evidente, apasionada y enfermiza retreta, despidió funcionarios indeseables pero premió trasladando a otros afectos a ASPU. Esto ha creado un clima de zozobra y malestar que no pocas situaciones de estrés y acoso laboral han generado y que se constituyen en elementos emergentes de la crisis interna que vive la Universidad. La Reforma Profunda parece decir claramente que había que sacar todos los P que eran onerosos, pero menos a los amigos de ASPU y de Mejía sin importar lo que cuesten. La reforma profunda parece gritar que había que premiar a los recomendados del rector y a sus amigos, pero perseguir, ultrajar y deshacerse a toda costa de quienes no hicieran parte del relato de la “NUEVA HISTORIA” y su cogobierno.
5. Por las razones expuestas, demandamos en primer lugar la RESTITUCIÓN INMEDIATA DE LOS PROCESOS DEMOCRÁTICOS AL INTERIOR DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA, así como UN PLAN INMEDIATO DE AMPLIACIÓN DE LA PLANTA DOCENTE, EL RESCATE DE LA ELECCIÓN DIRECTA DE DIRECTORES DE DEPARTAMENTO POR EL CUERPO PROFESORAL Y LA DIVULGACIÓN PÚBLICA Y SUFICIENTE DEL ESTUDIO DE REESTRUCTURACIÓN ELABORADO POR EL INSTITUTO PROSPECTIVA DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE. Finalmente declaramos, como organización sindical, nuestro apoyo irrestricto al movimiento que llevan actualmente los estudiantes de diferentes programas académicos de la Universidad, en defensa de la autonomía universitaria, el presupuesto adecuado para la Universidad estatal y las condiciones docentes, de infraestructura, laboratorios, prácticas y bienestar universitario. Todo ello como parte de una justa lucha por una educación superior de calidad. Somos solidarios con SINTRAOFUT y ASEPCUT, que se han manifestado en pie de lucha contra los vejámenes de la administración barretista e invitamos a conformar un frente unido por la defensa de la Universidad del Tolima, como parte del Sistema Universitario Estatal".
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771