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Kokoriko Tolima, inicio de la era de Gabriel Camargo Salamanca

Kokoriko Tolima, inicio de la era de Gabriel Camargo Salamanca

No es un secreto que el esfuerzo de los empresarios tolimenses por mantener un equipo competitivo en el fútbol colombiano era una lucha constante y agotadora. Muchos prometían apoyo, pero al final, eran pocos los que realmente contribuían económicamente. A esto se sumaban los irregulares resultados del equipo, conocido en ese entonces como "el Tolimita", salvo en algunas temporadas puntuales desde su fundación.

Una de las preguntas más frecuentes de los aficionados gira en torno al recordado equipo “Kokoriko Tolima”, una nómina que en su tiempo rivalizó con los clubes más poderosos de la liga, como Millonarios, Nacional y América de Cali, que, en su mayoría, se beneficiabanpresuntamente de dineros del narcotráfico, lo que les permitía ofrecer salarios inalcanzables para equipos como el Tolima.

Según el periodista Edgar Antonio Valderrama, en entrevista con Elcronista.co, el Deportes Tolima atravesaba por una grave crisis económica y deportiva, y necesitaba urgentemente nuevos inversionistas para mantenerse a flote en el fútbol profesional. 

En 1979, mientras se construía el edificio de la calle 13 con carrera Tercera en Ibagué, conocido como el edificio Kokoriko, se inauguró el primer restaurante de esta emblemática cadena de comida en la capital musical de Colombia. El ingeniero encargado de la obra, Julio César Robayo, un ferviente seguidor del Deportes Tolima, conocía de cerca las dificultades económicas del equipo. Buscando una solución, solicitó autorización a los accionistas para hablar con el dueño de Kokoriko sobre la posibilidad de invertir en el club. Héctor Rivera Garzón, propietario de la droguería Selecta, y Alfonso Trujillo Ortíz le dieron el visto bueno.

Valderrama recordó que los accionistas solían quejarse de la apatía de los demás empresarios de la región. En una conversación, Rivera le confesó que la única opción que veían era liquidar al equipo, pues los intentos de vender acciones resultaban en ventas mínimas, apenas de 50 mil pesos cada una.

Con la ilusión de salvar al "Tolimita", Robayo viajó a Bogotá, donde se reunió con Gabriel Camargo Salamanca, uno de los avicultores más importantes de Colombia y con Eduardo Robayo Ferro, uno de los fundadores de la Compañía Comercial e Industrial de Aves (AVESCO Ltda.), comercialmente Kokorico, decidió dar el paso. 
Según Valderrama, Camargo Salamanca que estuvo en la reunión por casualidad le dijo a Robayo Ferro: "Yo entiendo un poquito de fútbol, ¿por qué no le apostamos? No cuesta tanto, cada uno pone 4 millones de pesos y dejamos a la gente deslumbrada".

En 1979, durante una reunión de la Junta Directiva convocada por Alfonso Cruz, Camargo propuso formalmente su inversión de 8 millones de pesos, lo que le permitió tomar el control de la institución, convirtiéndose en presidente del Deportes Tolima. "Al fin y al cabo, el que pone el dinero, pone las condiciones", recordó Valderrama.

Desde entonces, Camargo se convirtió en el líder de la institución. Poco tiempo después, Alfonso Cruz, uno de los pocos miembros originales de la junta, salió de la directiva tras un conflicto por el cobro de la venta de un jugador.

Camargo siempre tuvo una visión ambiciosa: "Hay que pensar en grande. Quiero un equipo grande". Bajo su liderazgo, el “Kokoriko Tolima” no solo mejoró en el campo, sino que también despertó una afición que, hasta entonces, había sido apática. En el imaginario popular, se decía que el estadio Manuel Murillo Toro era "el más grande del mundo", porque nunca se llenaba. Camargo solía advertir a la afición a través de los medios: "Si la gente no va al estadio, me llevo el equipo".

Sin embargo, la tragedia marcó al Murillo Toro en 1981. El 4 de febrero de ese año, una viga voladiza que sostenía el techo occidental colapsó. Más tarde, el 18 de noviembre, durante un partido entre Deportes Tolima y Deportivo Cali, la baranda de la parte superior de preferencia cedió, causando la caída de decenas de espectadores. El saldo: 18 muertos y 45 heridos.

A pesar de esos duros momentos, los subcampeonatos de 1981 y 1982 quedaron grabados en la memoria de los tolimenses como la época dorada del club. Aunque el equipo había sido subcampeón en 1957, estos logros marcaron un renacimiento para la institución. Tolima repetiría como subcampeón en 2006, 2010 y 2016, y ha disputado 10 finales de la Liga BetPlay, ganando tres títulos.

El traslado temporal del Deportes Tolima a Bogotá, tras las tragedias en Ibagué, permitió que el equipo construyera una nueva afición en la capital, con la diáspora tolimense asistiendo en masa a los partidos en El Campín.

Si usted le pregunta a la gente, inclusive a muchos periodistas deportivos la nómina de cuando el Tolima ganó las tres estrellas, encontrará que la dicen, pero con dificultades. Mientras la nómina del Kokoriko Tolima 81 y 82 sigue vida en la mente de los aficionados de la pecosa. 

Gabriel Camargo apostó por un equipo que, bajo su liderazgo, se ha convertido en uno de los grandes del fútbol colombiano, ejemplo de gestión financiera, descubrimiento de talentos y ventas de jugadores. Aunque para muchos era simplemente una empresa más, en el imaginario popular se decía que el Tolima era "el hijo bobo" de don Gabriel, porque daba la vida por el equipo.


Posdata  

En un artículo anterior se mencionaron a referentes del periodismo deportivo, citados por Edgar Antonio Valderrama. Gracias a cibernautas como José Edy Galindo, se han referido otras voces de la época dorada de la radio en el Tolima, que ampliaremos en una entrevista con el periodista. El próximo domingo, compartiremos la primera parte de la entrevista con Carlos Giraldo Díaz, "el narrador de multitudes".

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