En el marco de la conmemoración de los 40 años de la tragedia de Armero, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF y la Fundación Armando Armero firmaron un memorando de entendimiento para fortalecer los procesos de búsqueda, reconstrucción de memoria y dignificación de los niños, niñas y adolescentes desaparecidos tras la avalancha del Nevado del Ruiz en 1985.

Este acuerdo permitirá a las instituciones, intercambiar información y acompañar a las familias que, durante cuatro décadas, han esperado respuestas sobre el paradero de sus hijos e hijas. Además, incluye la Visibilización de las historias de las víctimas, fortalecer la memoria institucional y avanzar en la dignificación de los niños y niñas desaparecidos. 

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“En estos 40 años que pasaron, muchas familias sintieron un vacío. Ellas y ellos deben encontrar una respuesta institucional hasta donde se logre conocer la información. Bienestar Familiar pone a disposición su capacidad técnica, su memoria institucional y sus canales de comunicación para contribuir a la búsqueda, visibilización y dignificación de las víctimas. Cada historia que se recupere será una forma de decirle a las familias que no las hemos olvidado, y que la niñez sigue siendo el centro de nuestra tarea como país”, señaló Astrid Cáceres, directora general del ICBF.

La funcionaria destacó que esta alianza es fruto de un proceso de diálogo y escucha entre las instituciones y las familias afectadas. Recordó que el ICBF ha sostenido durante más de un año conversaciones con la Fundación Armando Armero para comprender los vacíos que aún persisten en la memoria colectiva sobre los menores desaparecidos. En ese proceso, el Instituto identificó el “Libro Rojo”, referenciado por la Fundación como uno de los documentos más significativos de la época, como una pieza de alto valor histórico.

Por su parte, Juan Francisco Viana Giraldo, director de la Fundación Armando Armero, afirmó que el memorando “abre un nuevo capítulo de colaboración entre el Estado y la sociedad civil, para que la verdad sobre los niños y niñas de Armero siga construyéndose a partir de la memoria y el respeto a las familias”.

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La firma del acuerdo estuvo precedida por un acto simbólico en el río Gualí, donde fueron lanzadas 580 barcas, una por cada caso documentado por la Fundación. Este gesto se convirtió en un homenaje a las víctimas y en una reafirmación del compromiso con la verdad y la memoria.

Desde el Gobierno se destacó que esta articulación fortalece la responsabilidad institucional frente a la tragedia de Armero y reafirma el deber del Estado de no repetir el olvido que durante años cubrió una de las páginas más dolorosas de la historia del país.