Sector Agropecuario
La seguridad alimentaria y el hambre
Por: Jorge Ancíazar Cabrera Reyes
La seguridad alimentaria que está elevada a rango constitucional, necesita implementarse y desarrollarse para que no quede como letra muerta en la Constitución Política de 1991 y el hambre con sus secuelas para el pueblo colombiano de escasos recursos, se convierta en una amenaza inminente; el hambre no es solo la necesidad de comer.
Para describir los aspectos de éste problema se utilizan los términos de hambre, malnutrición y subnutrición que es necesario distinguir; la primera es un término cualitativo que significa que la dieta de una persona carece de las cantidades necesarias de elementos esenciales para el crecimiento tales como vitaminas, sales y proteínas; de ahí que no todas las personas mal nutridas sientan necesariamente hambre; la segunda es un término cuantitativo y significa que una persona no come lo suficiente.
En general, el hambre se concentra en los lugares donde los ingresos son bajos, lo que es un signo evidente de la relación entre el hombre y la pobreza. Siempre ha habido en el mundo escaseces y hambrunas; no obstante hay alimentos suficientes para todas las personas, si las disponibilidades mundiales de alimentos se dividen por igual entre todos los habitantes del mundo; de no ser así los alimentos tienden a ir a los países que obtienen beneficios del comercio y por consiguiente, a la gente que tiene más dinero.
Entre los principales fenómenos ambientales que muestran la precariedad del equilibrio ecológico sobre la tierra que atenta contra la seguridad alimentaria, cabe señalar los siguientes: la erosión provocada por el viento; la erosión causada por el agua; la deforestación; la desertificación y la sequía. Si la erosión es la enfermedad de las tierras, la desertificación es su muerte; la erosión y la degradación de las tierras pueden evitarse con prácticas agrícolas que tengan en cuenta la necesidad de conservar éste precioso recurso natural llamado tierra.
Las causas del hambre, por falta de prioridad por parte del gobierno a la agricultura, la pesca y la actividad forestal. Estos sectores suelen representar porcentajes menores en el presupuesto nacional, cuando las necesidades más urgentes son las relacionadas con la alimentación y la nutrición; la escasez y mala distribución de las tierras, hace que continúe la degradación actual a causa de la erosión del suelo, la contaminación química y la salinización de las mismas.
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