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Opinión

Votos en blanco que no se entienden

Votos en blanco que no se entienden

Por Henry Rengifo H.

Leí y releí con pasión y atención el libro 'El poder de la decencia'. El contenido me terminó de seducir que Sergio Fajardo era una opción que garantizaba un cambio político para el país. Eso me condujo a creer más en él. En ese sentido, creí que su voto en la segunda vuelta iba a ser por Gustavo Petro. Y me convencí aún más   cuando el día miércoles 30 de mayo el candidato del senador Uribe recibió en andanada descomunal las adhesiones del clientelismo en su más pura y patética expresión. Pensé, con esto que acaba de pasar en el CD, Fajardo queda listo para darle el voto de confianza a Petro y de esperanza al país.

Pero llegó el jueves 31 de mayo, con el frustrante y desalentador anuncio que el próximo 17 de junio, el voto de Fajardo será en blanco. Con toda la impotencia junta, llegué a pensar que ese comunicado hacía parte de las noticias Fake News. No era posible que después de observar ese cuadro tenebroso del día anterior, cuando toda la politiquería y el clientelismo unidos, las madres de la corrupción, se habían alineado al lado de la fórmula Uribe-Duque, el gran líder Sergio Fajardo desperdiciara su voto, votando en blanco, teniendo una opción como la de Petro.

(Puede leer: Oprobioso chantaje)

Independiente de diferencias ideológicas y conceptuales que pudieran existir con el candidato de la Colombia Humana, era claro que había coincidencias profundas: defensa de los acuerdos de paz con las Farc, lucha frontal contra la corrupción y en el tema de educación, el fuerte de Fajardo, las divergencias no eran tan marcadas. Pensé también en la seguridad que si Petro hubiera perdido, al día siguiente se había puesto al servicio de la candidatura de Fajardo. Recordemos que Petro cuando invitó a Fajardo y De la Calle para que participarán en una consulta interpartidista les expresó que con gusto les cargaba la maleta.

En todo caso, respetables las consideraciones de Fajardo del por qué optó por el voto en blanco, más no entendibles para muchos. Sobre todo, cuando se trata de un momento crucial para el país, nada más ni nada menos de un punto de quiebre que difícilmente se pueda volver a presentar. Podría ser que a Fajardo se le haya olvidado que es un líder, y como líder, debió haber contribuido a cambiar el rumbo del país. Ese riesgo, si así le hubiera parecido que votar por Petro no dejaba de ser una inseguridad, de todas maneras era mejor ese camino que permitirle mayores facilidades al clientelismo y la corrupción para que pudiera seguir haciendo de las suyas.

ADENDA 1. Tengo no uno ni dos, sino varios amigos en la campaña de Duque y debo decir que son decentes. Están ahí atraídos por Duque que también es decente. Aquí el problema en esa campaña, es lo que representan Uribe, Ordóñez, Londoño y el clientelismo de Gaviria, Pastrana y otros conservadores como Hernán Andrade. ¿Cómo va a hacer Duque para no hacer lo que su jefe le imponga?  

ADENDA 2. También lamentable y menos entendible el voto en blanco del hombre de la paz, Humberto De la Calle.

ADENDA 3. Sin convencer el argumento que expone el senador Jorge E. Robledo para no votar por Petro. Ahí sí mezquindad monda y lironda.

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