Por Oscar Viña Pardo.

Contar con una biblioteca familiar tan rica como la mía es un verdadero tesoro. Desde hace 24 años, siete tomos escritos por diferentes manos han plasmado la historia y el desarrollo de la familia Pardo. Este legado literario ofrece una mirada profunda y diversa sobre la vida y las relaciones familiares, generando perspectivas únicas que enriquecen a las nuevas generaciones.

Quiero aclarar que dentro de los más de 60 integrantes que han dejado su huella en los textos, cinco son escritores, los demás, lo que tienen en prosa y para rato. Porque los leo y encuentro una constante argumentativa y estética que me sorprende.

En el libro "Vivir para el amor 2018", antes de la pandemia, se recogen cuarenta y nueve expresiones de amor dedicadas a la gran matriarca de los Pardo, Inés. Este legado de amor se remonta a los bisabuelos, Carlos Arturo y Verónica, cuyo espíritu fue profundamente arraigado por la abuela en sus diez hijos, generando así una fuerza inquebrantable en la familia.

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Lo más notable de estos textos, inicialmente propuestos por Jorge Eliécer, el segundo hijo, es la narración de nuestras propias historias y visiones sobre la importancia de la unión familiar en tiempos modernos. Este primer tomo, que cuenta con más de 500 páginas, inicia con el texto emotivo de la abuela, estableciendo así un vínculo generacional poderoso.

A lo largo de los años, se han agregado nuevos textos, como los del año 2018, donde 49 miembros de la familia compartieron sus reflexiones sobre la abuela Inés. Más de 180 páginas de textos, fotografías y dibujos realizados por los más niños reflejan la constante presencia y el impacto de la abuela en la familia, incluso en tiempos de ausencia física.

Durante la pandemia, cuando la virtualidad era la norma, se llevó a cabo un concurso en el libro "Arte y Familia", publicado nuevamente por Jorge Eliécer. Este ejercicio lúdico incluyó recreaciones de pinturas clásicas utilizando elementos del hogar, demostrando la creatividad y el espíritu de unidad que caracterizan a la familia Pardo.

Las olimpiadas familiares, los discos compactos con las canciones favoritas de los mayores, las representaciones teatrales y las parodias son solo algunas de las actividades que forman parte de esta historia en constante evolución, enriqueciendo el legado de aquellos que aún estamos vivos.

Al sumergirme en estos recuerdos, confirmo que mi esencia sigue siendo la misma, plasmada también en mi libro "Recuerda que Nada es Personal", publicado el año anterior. Aunque reflexionar sobre la muerte puede ser difícil, las palabras de Jorge durante la despedida de mi madre y hermano resuenan profundamente en mí, recordándome el valor de la vida y del amor compartido en nuestra familia.

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“¿Qué es lo que la muerte nos quita al llevarse al ser amado?

El aire: no se respira igual; el espacio, no nos movemos igual; el silencio nos aturde: el sueño nos despierta.

¿Quién controla esa humedad inesperadas en los ojos, lágrimas solitarias?

¿Quién te cierra el pecho y te ahoga sin dañarte?

¿Quién detiene esa película del recuerdo, que rueda deteniéndose en el cuadro que despide el tiempo?

¿Quién termina la sonrisa empozada en las fotografías, en medio de la multitud?

La boca seca, la palabra resquebrajada.

Nadie está listo para morir.

¿Qué tenemos dentro que se apaga y queda encendido en los otros?

¿Qué hacer para que esté oleada de ausencia invada los ojos y respiración sin el dolor punzante del despojo? …

Jorge Eliércer Pardo

Me reconforta saber que las diversas voces que componen nuestra familia están siempre a mi lado, recordándome el invaluable regalo que la vida nos ha otorgado y que nadie puede arrebatarnos. Vale la pena aclarar que estos libros son edición limitada y tiene como lectores únicos, la propia familia.