Opinión
Periodistas políticos, «Apetito voraz»
Por Carlos Alberto Estefan Upegui - Exgobernador del Tolima
El impulso instintivo de fabricar episodios para satisfacer el deseo de una audiencia adicta a las noticias criminales y que goza con la adrenalina de ver el mundo al revés, es prácticamente la función que desempeña el periodismo de la época.
Si no es por el chantaje a cambio de publicidad o el «sobre» con el que compran su silencio y la manipulación de las versiones en contra de alguien.
Modus vivendi que ni siquiera requiere de estudio, solamente mala fe e imaginación para inventar mentiras y tergiversar la realidad sin escrúpulo alguno.
Apetito voraz por hacer el mal cuando no solo les basta con servir a una causa política, sino que llegan al extremo de pretender ser la causa per se, convirtiéndose ellos en políticos también.
Creen dominar todos los temas, engañándose así mismos, y a los demás, aunque no saben nada de nada, pero hablan de todo.
De narrativa falaz incoherente, sin conocimiento real y profundo del funcionamiento del Estado, muchos menos de las leyes y normas que lo rigen, únicamente les interesa el protagonismo que les beneficie.
Una cosa es ser político y otra hacer política, como ser político o hacer política es totalmente opuesto a ser periodista con todo el prestigio y los honores que ese oficio merece
Antonio Pardo García en su libro “Una apuesta por el periodismo”. “Ser periodista es un honor” se refiere a los “Criterios esenciales para mantener un periodismo serio, veraz y comprometido ante la presencia de los nuevos recursos tecnológicos…”; entre tanto, Enrique García en el libro “Búsqueda de la Calidad Periodística”, compilado y editado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), producto de las intervenciones de editores y periodistas
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de medios de América Latina, evento que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de Monterrey, hace 20 años, expresó con notable vigencia actualmente, así: «estamos convencidos de que el periodismo es una de las herramientas más importantes para resolver nuestros problemas. Sirve, claro, para informar, pero también para analizar. Así, orienta sobre diversos temas a la opinión pública…»
«El periodismo, además, tiene una función fiscalizadora en virtud de la cual vigila que las acciones de la sociedad se desarrollen adecuadamente»
Apreciación que hoy debería obrar como un referente histórico, muy importante porque el asunto no consiste en abandonar el compromiso de hacer un buen periodismo y hacerse político.
... Ahora que la confianza en los medios va en picada, es vital que los periodistas no se involucren y dañen aún más su credibilidad. “La confianza en las noticias importa para poder distinguir los hechos de la ficción.” (Afirma Andrea Carson and Denis Muller /24 de enero de 2023)
Así mismo, Javier Darío Restrepo, q.e.p.d. de quien tomamos varias enseñanzas de sus escritos sobre ética periodística, expresa:
“La sociedad necesita periodistas a los que se les pueda creer y estas personas anti-éticas están atentando contra eso. Entonces allí, si no es suficiente la ética, hay que aplicar la ley. –La ley de la propia organización, periodística...”
En resumen, concluye Restrepo: "... la ética profesional es fundamental para el periodismo. Un periodismo que busque, divulgue y se comprometa con la verdad; que actúe con independencia, respete la dignidad humana, asuma la responsabilidad por su trabajo y respete la libertad de expresión".
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