Por Óscar Perdomo Gamboa - Escritor

El señor Duque y su ministro de Defensa, Diego Molano le deben muchas explicaciones al país. Como dice la frase erróneamente atribuida a José Zorrilla: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”. Ambos personajes declararon la muerte del guerrillero en televisión nacional, incluso Vicky Dávila aportó audios como pruebas irrefutables de su deceso. Sin embargo, parafraseando a Calixto Ochoa: Iván Mordisco, si está muerto, es de la risa.

Duque y Molano (y su vocera Vicky) le mintieron al país; los que sí murieron en ese bombardeo fueron dos menores de edad por los que nadie responde, mucho menos ellos. La repetida muerte de Iván Mordisco que, supuestamente, terminaba para siempre con las disidencias, sirvió para justificar el asesinato de dos niños por parte del Estado. Dos menores más de los tantos bombardeados y asesinados por el gobierno del títere del Matarife, tanto por Molano como por Botero; a éste último al menos lo obligaron a renunciar, Molano siguió campante y cínico.

Es decir, mataron niños para fingir éxitos militares. Un falso positivo. ¿Les trae algún recuerdo? ¿Les trae 6402 recuerdos?

Y como el gobierno de Iván “Mordisco” Duque fue, tras de ladrón, bufón; no sólo no dieron de baja al objetivo militar y mataron niños, sino que entregaron (y desaparecieron) la recompensa de 3.000 millones de pesos. Claro, ya salió un obtuso trino de Molano diciendo que la recompensa nunca se pagó. Le creemos que nunca se haya pagado. El dicho correcto es: tras de matón, ladrón. Lo peor es que tan vil personaje, con tanta sangre en sus manos, se está postulando como alcalde de la Bogotá a la que tantos muertos debe.

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Ese es sólo otro ejemplo de los mordiscos de Iván Duque. Aún faltan los 70.000 millones de su ministra Karen Abudinen, 500.000 millones de la paz, 92 billones de las vacunas y muchos otros cuya lista es tan larga que difícilmente puede ser compartida en una columna de opinión.

Adenda: Apoyo total a las Madres de Soacha que completaron quince años luchando contra la impunidad de las ejecuciones extrajudiciales de sus hijos durante el gobierno de Álvaro Uribe. Ellas son unas verdaderas heroínas.