Por Santiago Zamora Robayo. - Politólogo, Especialista en Gobierno y Gestión del Desarrollo Regional y Municipal.

En Colombia y específicamente, en muchos de los municipios de nuestro territorio, gran parte de los jóvenes deben migrar hacia las ciudades o hacia otros territorios en busca de la formación y construcción de sus sueños para la materialización futura de los mismos, desde sus diferentes proyectos personales e individuales.

Es así, que a muchos nos ha tocado migrar hacia las ciudades más cercanas e incluso lejanas de donde somos, para iniciar el primer paso hacia nuestros objetivos.  Bien sea, estudiar un pregrado que nos permita crecer integralmente hacia lo que soñamos o dar el primer paso hacia algún trabajo, que nos dé la oportunidad de fortalecernos a cabalidad, sobre lo que creemos y respecto a lo que pensamos. Son muchos los escenarios a los que estamos sujetos, los jóvenes que tuvimos la linda oportunidad de nacer en un municipio o en un “pueblo”.

Desde tener que comprender los retos de las grandes ciudades, al migrar, hasta el no entender porqué debemos emigrar hacia las ciudades, por la falta de oportunidades y de escenarios integrales en muchos de nuestros municipios.

Es justo aquí, que la superación, la visión y la inteligencia nos darán el rumbo hacia lo que anhelamos. Desde creer, que nada será fácil y que por el contrario los sueños se trabajan. Es por eso, que como joven al sentir lo que muchos más hemos tenido que hacer para trabajar y organizar nuestros sueños, aparece la historia de una persona que, como muchos de nosotros, debió emigrar de su municipio El Espinal, en busca de sus sueños para ir a la cosecha de sus objetivos.

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Wilson Gutiérrez Montaña, de extracción y origen campesino, tuvo que salir a buscar oportunidades y formación por fuera del municipio, porque allí no las había. Eso sí, pensando siempre en que debía volver pronto a devolverle todo el amor, cariño y ganas de trabajar por el pueblo que lo vio nacer. Por fuera y gracias al fruto de sus esfuerzos, pudo formarse como Abogado, Especialista en Derecho Administrativo y Magister en Comunicación y Marketing Político. De allí y debido a la chispa empírica que tenía por el gusto a la comunicación y los medios, obtuvo una herramienta que le permitió defenderse de los retos y desafíos de las grandes ciudades que debemos enfrentar muchos de los jóvenes que luchamos por nuestros sueños. Y que además le permitió también aprender, madurar y consolidar su vida profesional y personal, ya formada para volver con todas las ganas a darle lo mejor de sí, a su municipio El Espinal.

Hoy, con una motivadora historia de superación, visión e inteligencia, Wilson representa lo que muchos jóvenes espinalunos anhelamos: devolverle todo lo que somos a nuestro municipio, después de haber hecho un gran esfuerzo y un sacrificio. Con el incentivo siempre, de crear un territorio con oportunidades para los jóvenes en El Espinal. Si Wilson pudo trabajar, soñar y alcanzar sus objetivos, de seguro alcanzará los de todos los jóvenes espinalunos en general. ¡El alcalde de los jóvenes espinalunos!