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Economía del paro de transporte en Ibagué
Por: Jaime Eduardo Reyes - Director del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Ibagué
El paro de transportadores de servicio público de busetas en Ibagué es la noticia más importante de los últimos días en la capital del Tolima, su impacto es evidente en la economía de los hogares y de la ciudad. También es evidente que la competitividad de la ciudad está siendo afectada por la actual situación.
Transporte público: como bien especial y servicio público
Para entender la economía del paro empecemos diciendo que el transporte público es un bien especial, similar a la educación y la salud, no es un bien público puro. Estos bienes se ofrecen como servicios esenciales.
El transporte público, como bien especial, es un asunto complejo, por una parte, está el interés colectivo, el de los usuarios, y por otra, el interés privado, el de los transportadores.
Los usuarios constituyen la razón de ser del negocio de la movilidad de pasajeros, los pasajeros son quienes soportan el negocio del transporte, así como lo son los estudiantes y enfermos en el negocio de prestar servicios de educación y salud. No olvidemos que los tres servicios son derechos de los ciudadanos.
Un hecho muy importante es que quien realmente hace el trabajo para el cual se justifica la razón social de la empresa transportadora es el dueño del parque automotor, en la mayoría de los casos el transporte público es la única fuente de ingresos que tiene una familia.
Economía del Transporte público
Desde el enfoque de demanda, el interés público prevalece sobre el interés particular, por lo que la intervención del Gobierno o de las agencias encargadas de la regulación se debe orientar a favor de los usuarios de los servicios de transporte. En este campo existe un desarrollo institucional formal claramente definido. La debilidad del sistema ha llevado a que el servicio de transporte se ofrezca desde la informalidad a través de vehículos particulares y motos.
Desde el enfoque de la oferta, experiencias en el país muestra que la integración del sistema de transporte público colectivo es inconveniente en lo que se refiere al esquema de pagos y rentas por concepto de ingreso al nuevo modelo de transporte, los beneficios bajan a tal punto que quizás sea poco rentable permanecer en el negocio.
El sistema de transporte no funciona como un mercado perfectamente competitivo, se parece más a un modelo de mercado oligopólico o de competencia monopolística dado que se ofrece un producto similar en donde su diferenciación radica en factores que permiten captar demanda, como el parque automotor e incluso la ruta que han logrado asignarse. La diferenciación no está en el precio. Esta característica hace que el Estado deba intervenir regulando, sin embargo, el fallo del mercado es tan grande que han surgido una cantidad de bienes sustitutos informales, mototaxismo, Uber, entre otros.
Afectaciones en la economía de la ciudad
La economía del hogar ha sido afectada por el paro de los transportadores, bienes sustitutos más caros e informalidad son algunas de las formas de cómo se ajustan los mercados durante fallos de las instituciones.
Las denuncias del incremento de la oferta informal de transporte por parte de motociclistas y vehículos particulares van de la mano de altas tarifas por recorridos, los bolsillos de los hogares están siendo afectados directamente por esta situación.
La economía de la ciudad está siendo afectada por el paro. Las encuestas y mediciones aplicadas por Fenalco Seccional Tolima y la Cámara de Comercio de Ibagué en 600 entidades de los diferentes sectores económicos, en la que predomina el comercio y servicios con el 80% de los empresarios afectados a lo largo de estas jornadas. El 97,2% de los encuestados manifestaron haber tenido afectaciones en sus ventas, con una caída entre el 76% y el 100%, principalmente por el bajo tráfico de clientes en su establecimiento. Así mismo, el 11,93% de los empresarios han acudido al cierre parcial de sus establecimientos y algunos manifestaron inconvenientes para la compra y desplazamiento de insumos y materiales para el continuo funcionamiento de sus negocios. Los cálculos técnicos realizados en 14.123 empresas representan una disminución promedio de ventas que asciende a la suma de $7.000 millones diarios, que desde el inicio de las jornadas del paro ascienden alrededor de los $50.000 millones. Condición que a su vez está perjudicando la estabilidad del tejido empresarial que en un 97% son micro y pequeños negocios, el 84% corresponde al sector de comercio y servicios.
Estas pérdidas no serán compensadas ni por el gobierno local, ni por los transportadores. El problema causado por la firma del convenio con Infotic y la no concertación entre el alcalde y los transportadores afectó a toda la ciudad.
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La semana de paro también ha afectado la prestación del servicio esencial de educación, la mayoría de colegios públicos han parado sus labores y algunos colegios privados se han visto en la necesidad de regresar a la virtualidad de la época de pandemia covid-19.
Un futuro incierto en el mediano plazo
Para el caso del problema surgido en Ibagué, el efecto económico del convenio firmado con Infotic representa un sobre costo demasiado alto para la ciudad y por consiguiente para los usuarios actuales y futuros del transporte público. Lo lógico sería que de común acuerdo con Infotic, se termine este convenio y se abra una licitación pública limitada sólo a operadores de tecnología de recaudo, gestión de flota e información al usuario, sin necesidad de acudir a intermediarios costosos.
Este tema del recaudo y las otras funciones, debe ser muy claro y transparente para la ciudadanía. Una mala decisión a largo plazo afecta demasiado la misma calidad del transporte a futuro. Los sistemas de transporte que en general operan con márgenes pequeños incluso negativos, no pueden darse el lujo de tener subsistemas que se pagan con la tarifa que paga el usuario, desviando recursos que se requieren para costear equipos eficientes en la movilidad urbana.
El servicio de transporte público es un bien que para una sociedad económica es tan vital como un sistema de bienes especiales, salud, educación, entre otros. El transporte debe estar en manos de quienes ofrezcan un servicio que reconozca al transporte como un bien esencial y no privado, con una fuerte regulación que no permita que se den situaciones de mercado oligopólico, que proteja a los usuarios con buen servicio, a un costo bajo para el usuario y que haga eficientes los desplazamientos en la ciudad. De igual forma, la informalidad en el servicio de transporte debe estar controlada por la autoridad total para así brindarle al sistema transportador formal las garantías que estos requieren.
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