Opinión

Madres y heroínas

Madres y heroínas

Por: Roberto Ortiz Villa - Capitán retirado de la Policía


En el siglo XVIII, con la era de la industrialización, la mujer fue explotada y vejada laboralmente al punto que para ellas la jornada era de 14 horas, sin ningún beneficio ni prestaciones. Esto se causaba en el hecho que ellas no gozaban de los derechos civiles ni de ciudadanía. El lógico malestar dio lugar a protestas y es así como en la ciudad de Nueva York las trabajadoras de la fábrica Cotton Textile Factory entraron en huelga.

El 8 de marzo de 1859 los dueños, Max Blanck e Isaac Harris en represalia prendieron fuego a las instalaciones, en donde murieron incineradas 129 mujeres. El Día Internacional de la Mujer, lejos de ser una celebración de motivos fatuos o comerciales, es la conmemoración y homenaje a 129 heroínas que marcaron el inicio de la igualdad femenina. Para ellas honor y gloria.

En el día de la mujer no podemos pasar por alto a aquellas mujeres que lucharon por nuestra libertad. En primer término, homenaje y solidaridad a las madres de los mártires del 17 de enero de 2019 en la Escuela de Cadetes de Policía ‘General Santander’.

Al Ejercito Patriota lo acompañaban ‘Las Juanas’, mujeres voluntarias (madres, esposas, novias, amantes, hermanas) que marchaban con los soldados dándoles apoyo moral, afectivo y en la mayoría de los casos combatiendo a su lado o empuñando el fusil del compañero muerto; fueron ellas quienes a hombro llevaban las provisiones, preparaban los alimentos, cargaban los fusiles, servían de correos y de espías, hacían de enfermeras, constituyéndose en lo que hoy se conoce como  el batallón de apoyo logístico.

No obstante, en la dimensión de su sacrificio, a ellas la historia, no les ha reconocido con el mármol y los bronces que se merecen; a pesar de que sus acciones y valor están a la par de nuestros próceres, ellos sí exaltados con los justos honores y clarines.                                            

El nombre: Las Juanas. - En Tame, oficiaba el “Cura guerrillero fray Ignacio Mariño, quien organizó un escuadrón patriota, en el que se destacaba, una hábil jinete excelente en el manejo de la lanza: Juana Bejar, líder muy apreciada y respetada entre la tropa. Este grupo guerrillero se unió en Tame a las tropas venezolanas del General Bolívar y a las Granadinas del General Santander, Bolívar no permitía que las mujeres participaran en las batallas, supongo que por consideración con los españoles. El caso fue cuando le comentaron a Bolívar que la valerosa Juana Bejar, formaba parte y comandaba el grupo del cura Mariño y, además, exigía en forma perentoria participar activamente en las batallas; Bolívar exclamó: “ahora ya nos acabamos de joder, tenemos que andar con Juana de Arco". Esto originó que a las mujeres que acompañaban al ejército libertador, en adelante las denominará como ‘Las Juanas’.

El nombre hizo historia en México para señalar a las mujeres, también conocidas como las Soldaderas que acompañaban al ejército revolucionario de Doroteo Arango Arámbula (Durango 1876 / El Parral 1923) conocido como Pancho Villa.

Allí se inmortalizan algunas como: Mariana Gómez Gutiérrez: La Profesora; Adela Velarde Pérez "Adelita" (la de la canción); Petra Ruiz "La echa balas"; María Mendoza “María la Bandida"; "La cucaracha" (así le decían); La Guerra Carrasco "María de los guardias”; Flor Silvestre “La Marieta"; "La chamuscada"; "La Valentina”, y otras famosas popularmente conocidas a través de los corridos y tamboras.

Posteriormente, el apelativo se revive en Colombia cuando La Guerra de los Mil Días. Para hacer honor a estas heroínas, el Ejército de Colombia le dio el nombre de Compañía Las Juanas a la fábrica de confecciones que pertenece al Batallón Logístico.

Madre, Mártir y Heroína, fueron, fue Juana Bejar, primera mujer con rango militar en nuestra historia. Obtiene el grado de Sargento Primero de Caballería. Participó en forma destacada y aguerrida en las batallas de Pisba, de Gameza, del Pantano de Zaquencipa (Vargas) y del Puente de Boyacá.

Incoherencias históricas

Matilde Anaray, en Socha, el viernes 2 de julio con el R.P. Juan Tomás Romero, tocaron las campanas, encerraron al pueblo en la iglesia y exigieron la entrega de la ropa para vestir al ejército libertador que venía de los llanos, atravesando el páramo, medio desnudos. En este lugar el General Bolívar tuvo una fuerte discusión con el General Santander. Bolívar quería regresar para liberar a Caracas y era reacio a someter a su ejército a las inclemencias del páramo. 

Santander, contando con el apoyo de su Estado Mayor se enfrenta a Bolívar y exige marchar rumbo a la liberación de Santa Fe. Bolívar no tiene alternativa, hace responsable a Santander de cualquier fracaso y opta por continuar atravesando el “Paramo de Pisba”, única zona que estaba desprotegida por los españoles que la consideraban inexpugnable.

 

Juana Escobar en La Ramada -Sogamoso-, el 10 de julio de 1819, es ajusticiada de manera indigna. Amarradas por la espalda, eran ejecutadas por pareja, con premio para el español que atravesará los dos cuerpos con una sola lanzada. Esta atrocidad fue cometida por el tristemente célebre chapetón teniente Corchero.

María Josefa Canelones, en el Páramo de Pisba, da a luz a su bebe y a la madrugada lo acomoda en el mismo canasto en donde llevaba unos pertrechos y continua la marcha a la par con los soldados libertadores.

Simona Amaya, en la batalla del Pantano de Zaquencipa (Vargas) es herida de muerte. Esta aguerrida muchacha, contrariando las órdenes de Bolívar, vestía el uniforme de soldado y al ser auxiliada se descubre su verdadera condición femenina.

Dorotea Castro y su esclava Josefa Conde (primera mártir morena) fueron fusiladas bajo el régimen del terror.

La niña Estefanía Parra Chinchilla, en el Puente de Boyacá sagazmente le dice a Bolívar que ella sabe de un lugar, a donde lleva las ovejas a beber y allí se puede pasar el río (Teatinos) de un brinco. El General Bolívar no le presta atención, pero por fortuna el Coronel Juan José Rondón le da crédito. Estefanía guía a los patriotas por el camino que ella conocía, esto le permitió a la caballería del Coronel Rondón, salir adelante y al otro lado del río Teatinos ocupando el flanco alto del campo de batalla con decisiva ventaja sobre las tropas Realistas.

Las seis Mártires del Valle de Tenza son ejemplo de espíritu de lucha por la causa emancipadora, mientras Simona Duque de Alzate entrega sus siete hijos al ejército libertador.

Doña Mercedes Abrego de Reyes, pagó con su vida el apoyo a la causa libertadora. En la ciudad de Cúcuta es ejecutada el 21 de octubre de 1813 y en presencia de sus hijos, el infame capitán Bartolomé Lizón, personalmente la decapita a sable. Hoy son herederas de su valentía y patriotismo las mujeres del primer curso de Agentes profesionales de la Escuela de Policía Carlos Holguín de Medellín. La promoción del 7 de abril de 1986, se engalana con el nombre de ‘Compañía Mercedes Abrego’.

En el Pantano de Zaquencipa (Vargas) al tomarse la casa de las ocho ventanas, (cuartel realista) las mujeres se apoderan de los uniformes españoles para vestir a su tropa, esto permite la entrada camuflada y pacífica del ejército libertador a Tunja.

Entre otras heroínas, fueron ejecutadas: Dolores Salas, Neiva , 14 septiembre 1814;   Carlota Armero, Mariquita, 28 mayo 1816; Joaquina Aroca, Natagaima, septiembre 1816;  Estefanía Linares, Mariquita, 20 octubre 1816; Rosaura Rivera, Neiva, 26 noviembre 1816; Tomasa Rodríguez, Neiva,1816;  Paulina Contreras, Neiva, 1816; Anselma Leyton, Lérida, 17 enero 1817; María del Rosario Devia, Natagaima, 10 septiembre 1817; Luisa Trilleras, Prado,7 septiembre  1817; Mercedes Loaiza, Villavieja (H), 16 septiembre 1817; Antonia Moreno, Neiva, 19 septiembre 1817; Apolonia Salavarrieta Ríos (La Pola o Policarpa), correo e informante de los patriotas, fue fusilada (a sus 22 años) el 14 de noviembre de 1817, en Santafé de Bogotá. Así podríamos relacionar y relatar innumerables hazañas de “Las Juanas” 

Para saldar la deuda histórica (con más de 200 años de retardo “Rotary International” instituyó el Galardón “Orden de las Juanas”, como una forma de rescatar las hazañas de nuestras libertadoras y en el presente hacer un justo homenaje y exaltar a las mujeres e instituciones que se hayan destacado por su valor en los diferentes campos de la actividad humana y servicio social.   En el país, fueron sacrificadas 197 mártires y 1.460 mujeres heroínas.

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