Opinión
La polarización política
Por: Edgardo Ramírez Polanía
En los inicios de nuestra República, la política estaba limitada a colores de partidos tradicionales por imitación inglesa del siglo XVII y no por ideologías debido a la falta de cultura como modo de adquirir hábitos para formar el carácter y de educación como forma de trabajo.
Por esa razón, fue fácil para algunos dirigentes políticos, que conocieron parcialmente los escritos de las leyes y la política de los filósofos de la antigüedad, la formación de dos partidos tradicionales e inculcar al pueblo raso la convicción que sus ideas eran únicas, verdaderas e incontrovertibles para que se mataran entre sí por esas creencias.
Hoy, existe una pluralidad de partidos sin ideas ni programas que defienden intereses económicos y un partido de izquierda que gobierna y representa la masa, el vulgo, los desamparados del destino con la dificultad de hacerlo duradero por el poder de los grandes conglomerados dueños del sector financiero, las empresas, la tierras, las aguas. La polarización política, ha existido desde que existe la organización social, la política como ciencia del Estado.
Y, será probablemente siempre en los sistemas esencialmente capitalistas sin sentido social, quienes continúen imponiendo a los demás, sus criterios, sus intereses y sus convicciones, si no aparece alguien con la capacidad suficiente para hacer cambiar ese sistema, pero que tenga el equilibrio y la capacidad de transigir, llegar a acuerdos que es el ejercicio de la política.
Los partidos políticos defienden principios, valores e intereses y plantean proyectos para ejecutarlos mediante un sistema de gobierno, pero no siempre son posibles para el normal funcionamiento social. Esa deformación de la realidad no permite un consenso sino la confrontación entre los partidos y sus seguidores, más aun si los gobernantes son tozudos o vanidosos.
Algunos se repiten todos los días que tienen la razón y esa opinión, les confirma la creencia que aquello en lo que creen es la perfección en el orden estético o cultural. Y aquello que les desagrada es lo peor, sin darse cuenta de la existencia de la cultura y jerarquía de los valores y que los hechos demuestran la existencia de la realidad.
La gracia insólita de la humanidad demuestra que en la medida que van surgiendo nuevos hombres y nuevas ideas, también van apareciendo en el seno de su desesperante mediocridad una conciencia falsa en que se propone como doctrina de un cambio en favor de una clase desposeída y lo que existe es un despojo de sus derechos que han llevado a los grandes desafíos sociales.
La preexistencia de una jerarquía, en cuanto a las política se refiere, hace que se irrite la vanidad del gobernante cundo no se cumplen sus designios. Que lo hace creer que puede ser juez de lo que hagan los demás, a juzgar que aquello con lo que está de acuerdo es lo intachable y perfecto.
Nada más humano y natural que esta confusión que genera la inacabable querella entre la realidad personal y la que genera la realidad social. Las ideas contrarias del otro deben ser respetadas para que podamos alcanzar los entrañables atributos de convivencia y progreso. Las contiendas entre los partidos políticos y sus seguidores, han sido el común denominador en la vida de las naciones.
Las oposiciones a las ideas de manera violenta, han causado los padecimientos que hemos sufrido y cuyos orígenes se pierden en la confusión de los tiempos y su espíritu colectivo que ha sido atacado por innumerables acciones de las peores condescendencias e imposiciones de “pájaros” y asesinos de todo pelambre. Esa oposición y defensa de las ideas genera que algunas vertientes políticas y el gobierno inviten a marchas de protesta, pero muchos marchantes no disciernen con exactitud, mediante su inteligencia, cuáles son los factores primordiales que los agrupan o unifican y aquellos que los diferencian.
Es necesario un sentimiento de cohesión nacional, un cambio sobre lo fundamental, una política social más robustecida en bien de los menos favorecidos de la fortuna, de lo contrario, ”Algo muy grave va a suceder en este pueblo”. El gobierno de Gustavo Petro, ha propuesto cambios que se le han hundido en el Congreso por falta de claras propuestas en los proyectos, que ha llevado al cambio sucesivo de ministros que no han tenido coherencia gubernamental.
Falta ver si la corrupción continúa su ascenso desde antiguos gobiernos como una lepra que se resiste a desaparecer. En esta época de enfrentamientos resuelta al exterminio, se requiere de un diálogo y no demostrar quien tiene más marchantes o apoyos. Ello dice de una inconformidad, pero no produce ningún efecto disuasivo a las políticas establecidas y aprobadas en el plan de desarrollo.
La polarización política ha sido la causa de perniciosos distanciamientos por parte de quienes siempre han aspirado a una supremacía excluyente y a la negación de los derechos humanos a cambio de buscar un entendimiento para el progreso y evitar las grandes desigualdades que ha sido a través de la historia la causa de las rebeldías sociales que hoy marchan en la búsqueda de un destino común.
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