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Opinión

La “niña” y el Tolima, dilema de capacidades

La “niña” y el Tolima, dilema de capacidades

Por: José Darío Prieto Sierra 


El Gobierno Nacional a través de la Ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible-MADS, Dra. Susana Muhamad, en compañía de la Directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM, en la semana que acabó de pasar, advirtieron en forma expresa y técnica que el territorio colombiano estará bajo la influencia del “Fenómeno de la Niña” en los próximos meses. 
Esto significa mayores períodos de lluvias y por ende, incidencia directa en la saturación de suelos, incremento de niveles de los ríos y quebradas, presencia de avenidas torrenciales, crecientes súbitas, deslizamientos, inundaciones, movimientos en masa de suelos y zonas intervenidas en cultivos “limpios” como se denominan técnicamente aquellas zonas despejadas para actividades agrícolas y ganaderas en montañas de pendientes altas y escarpadas, entre muchas otras afectaciones. 

En la misma rueda de prensa llamaron la atención de Alcaldes Municipales y Gobiernos Departamentales, como primeros respondientes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo para adelantar acciones tendientes a monitorear y prepararse administrativa y operativamente para prevenir y/o atender catástrofes en cada región de sus respectivas competencias. 
               
Todo lo anterior implica a esa clase de funcionarios locales y regionales, mantener debidamente actualizados y socializados sus mapas de riesgo con sus puntos críticos según su complejidad, por ejemplo en el municipio de Ibagué, tener actualizado su inventario de posibles albergues, que estén funcionando con sus servicios y capacidades para recibir damnificados, su inventario de maquinaria “amarilla”. Que el sistema de alarmas del Cañón del Combeima esté funcionando, con su respectiva red de comunicaciones comunitaria. Que tengan los planes de contingencia de alertas tempranas en el sector de la “Cuesta de Chapinero”y áreas anexas; la ronda del río Combeima con sus asentamientos informales; el área del “Hato de la Virgen” que esté libre de basuras, escombros y hayan podido verificar aquellos pobladores que se asentaron recientemente en zonas de riesgo, para enunciar algunos puntos recurrentes en nuestra capital. De igual manera, identificar e intervenir los árboles (a tiempo) que estén en riesgo de producir su caída en forma intempestiva a fin de evitar malos ratos como los que se han presentado en jornadas menos intensas.  

Por parte del IBAL esperan los Ibaguereños y Tolimenses que somos vecinos de esta comarca, tener un plan de contingencia eficaz y eficiente a fin de evitar cortes del servicio de acueducto tan prolongados como los presentados en temporadas anteriores o al menos “corregir” el plan operativo de la emergencia que hasta ahora no ha dejado buenas percepciones.    

No es menos la responsabilidad que deben asumir preventivamente los mandatarios municipales en varios sectores de la ruralidad de nuestro territorio tales como; Fresno, Anzoátegui, Santa Isabel, Roncesvalles, Villahermosa, Murillo y Villarrica con sus problemas de puntos críticos por movimientos en masa y sus carreteables. O el caso recurrente de la inundación que se presenta en el sector aguas arriba de la presa “Corea” en San Luis y Valle de San Juan en especial en las veredas “Santa Lucía” y “Guadalajara” de cuyas acciones -esperamos- ordenadas por Cortolima al Distrito de riego USOCOELLO, hayan sido efectivas para garantizar la seguridad productiva y humanitaria de esas comunidades en el periodo que se avecina.

El sur del Tolima no es ajeno a sufrir las inclemencias de temporadas como las enunciadas, en vista a las pendientes y extensiones que están en el sector del “Cañón de las Hermosas” que se afectan en sus carreteables impidiendo trasportar las cosechas de frijol, café, cacao, arracacha, plátano, lulo, leche y demás productos que con esfuerzo invaluable emprenden nuestras asociaciones productivas y campesinos individualmente considerados. En Planadas es recurrente las emergencias generadas por creciente súbita en la vereda “El Playón” inundando viviendas y en el oriente del departamento, no se escapan municipios como Melgar con su punto de riesgo del barrio “Sicomoro” y orilla del río Sumapaz, para enunciar algunos antecedentes. 

Veremos pues, que tanta capacidad demostrarán los dirigentes, sus equipos de planeación y de gestión del riesgo, para formular no en el papel, sino en acciones preventivas para mitigar los efectos de esta “Niña” tan anunciada con anticipación y claridad. Los abuelos siempre llaman la atención “Es mejor prevenir que lamentar.”   

*Ingeniero Ambiental

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