Opinión
La desinfoxicación
Es evidente que el país ha entrado lentamente por el camino de la cuarta revolución industrial caracterizada por una creciente digitalización de todas las unidades productivas de la economía según el Foro Económico Mundial. Dentro de estos aspectos se encuentra el aumento al acceso de internet de la población colombiana, donde 4,8 millones lo hacen a través de planes por suscripción y 18,9 millones por demanda. En el mismo sentido, el uso de la red en móviles creció un 58,3% (Asomóvil). Todos los datos existentes indican que las personas están a un clic de entrar a un mundo inagotable de información y también de desinformación que orienta el pensamiento y las acciones de las personas con la realidad hasta el punto de desvirtuarla y/o terminar en una infoxicación.
A propósito, la infoxicación es definida genéricamente como la sobrecarga de información o exceso de información provocada por la profusión de contenido en internet que se convierte en una situación inmanejable de datos, contenidos y conocimientos recibidos y obtenidos en la red. (Archenco, 2013)
Esta situación se observa a diario donde constantemente está llegando información por WhatsApp, Facebook, twitter, entre otras similares o la cantidad de páginas que emergen al dar clic en un buscador son casi interminables donde la mayoría de personas solo abren el primer link de la larga lista que sale en el pantalla del computador o Smartphone como producto de una sensación de incomodidad y rapidez al ver tanta información. Así pues, las personas como se encuentran saturadas de todo lo que observa no le permite cuestionar, filtrar, dudar o corroborar cada una de los mensajes que leen y terminan replicando algo que puede ser falso y alterando la realidad de sí mismo y contribuyendo a la de los demás.
En consonancia a lo anterior, si una persona se encuentra agobiada o casi ahogada de tantos datos, perdida de interés por cuestionar lo que lee, desosiego por un volumen incesante de información, desconcierto ante tanto contenido sobre un tema, falta de concentración de una actividad generada por le llegada de un mensaje, puede estar padeciendo de infoxicación.
Por eso es importante comenzar a desinfoxicarse, incorporando dentro del repertorio comportamental decisions ortodoxas como no tener un teléfono inteligente por ejemplo, un poco drástico obviamente para el mundo de hoy, o preventivas desconectando los datos o wifi durante dos horas diarias, incluyendo los momentos de almuerzo ya sea individual, familiar o social. Así mismo en los espacios de esparcimiento con los hijos o amigos. También es fundamental abstenerse de enviar información de cadenas religiosas o políticas a grupos cerrados donde el interés no es ese, para eso existen otros medios públicos donde lo pueden hacer. Dentro de las acciones se encuentra verificar la fuente de la información y si existe duda deténgase de compartir, replicar o referenciar. En la actualidad existen aplicaciones que pueden ayudarle a filtrar información que requiera ya sea académica, profesional, entre otras.
Finalmente, todo esto y otras cosas más a las que nos vamos a ver abocados como seres humanos me hacen pensar de la necesidad de explorar un concepto que le denomino antropología autorregulante como una propuesta para enfrentar los fenómenos de una sociedad digitalizada, homogenizada y de pensamiento colectivo permeado por el rechazo de la otredad y la impronta marcada de un autodeterminación tóxico que vamos abordar junto con un colega en una próxima columna de opinión
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