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Opinión

La demagogia está al acecho

La demagogia está al acecho

En las últimas campañas electorales de alcaldía, Ibagué ha sido predilecto caldo de cultivo de la demagogia. Los que lograron el triunfo, lo hicieron gracias a que acertaron con argucias demagógicas, valga decirlo, con niveles insospechados de todo cálculo oportunista. Esos alcaldes ganadores supieron poner bien en práctica la fórmula de que, para tener opción de triunfo, a los electores hay que decirles lo que quieren escuchar. 

Entonces, en una ciudad plagada de necesidades, ¿Qué es lo que en los últimos años han querido escuchar los ibaguereños de sus candidatos a la Alcaldía?. Preferentemente sobre los problemas más agobiantes: malla vial, empleo, movilidad, agua, seguridad. 

Sobre ese acumulado de frustraciones, los candidatos hábilmente han sabido construir una sólida narrativa de promesas, que con el paso del tiempo, o mejor de elección en elección, terminaron convertidas en fábrica de votos. Ese caudal amasado a punta de discursos vacuos, cargados de hilaridad, es lo que ha ocasionado grave daño a la ciudad, y es lo que mucho esperan, debe derrotarse en la coyuntura política que se avecina.

Este 2023 podría ser el año que se rompa ese círculo vicioso. Se pensaría que después de lo padecido en el presente cuatrienio, mayoritariamente los ibaguereños están listos para dar una lección de dignidad. Por eso, los nombres que hoy aspiran a ocupar el primer cargo de Ibagué deben sintonizarse con una ciudadanía que mayoritariamente se cansó del abuso, de la ineficiencia, de la politiquería, del clientelismo y del cinismo. 

Pero, si mayoritariamente los ibaguereños deciden que el alcalde que merece la ciudad a partir de enero de 2024 es aquel que en campaña se destacó porque fue fiel a la tradición de no traicionar los métodos más innobles de hacer política, pues no hay alternativa distinta que respetar tan funesta decisión. 

No olvidar que la demagogia está al acecho. Seguramente en esta parte, en los albores de la campaña, ya estarán registradas cuántas sillas de ruedas, cuántos mercados, cuántos ofrecimientos se deben hacer, y así garantizar el triunfo. Esperemos que las mayorías de ibaguereños en este 2023 sean exigentes, que por fin acierten. Ya es hora. 

Henry Rengifo

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