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Opinión

Hora de transformar la carrera Tercera de Ibagué

Hora de transformar la carrera Tercera de Ibagué

Por: Reynaldo Aparicio Rengifo

*Arquitecto, MSc en Arquitectura y Urbanismo y PhD en Ciencias Ambientales


La carrera tercera, en el centro de Ibagué, es mucho más que una simple calle peatonal. Este espacio que se ha consolidado como el epicentro de las complejas interacciones entre el fenómeno del comercio informal y el espacio público, plantea importantes cuestionamientos sobre la movilidad, el orden físico-espacial y la sostenibilidad de este entono urbano clave en la capital musical de Colombia.

Si bien el comercio informal no es un problema per se, ya que constituye estrategia fáctica de subsistencia para muchas familias que encuentran en este espacio, su principal fuente de ingresos (diversos estudios expuestos en literatura especializada ratifican que el fenómeno genera autoempleo, dinamiza la economía local, coadyuva a la vitalidad del espacio público y promueve interacciones sociales y culturales que enriquecen la experiencia urbana), no se puede soslayar que su ocupación desordenada trae consigo algunos impactos ambientales y conflictos urbanos que requieren ser atendidos. 

Entre los problemas más evidentes se encuentra la afectación a la movilidad peatonal. Esta calle, concebida para el tránsito fluido de personas, está atestada de puestos de venta improvisados que ofrecen desde artesanías hasta frutas, flores, calzado y ropa, obligando a los transeúntes a esquivar constantemente obstáculos como sombrillas, mantas en el piso, carritos y otros artefactos. Igualmente, no se puede dejar de mencionar las complicaciones que enfrentan las personas en condición de diversidad funcional.

Foto carrera tercera entre calles 13 y 14: el autor

Asimismo, la venta de alimentos cocinados a cielo abierto, como chorizos, mazorcas y arepas, instalados en la mitad de la vía, junto con otros productos como el tradicional sahumerio, genera emisiones que afectan la calidad del aire.

Además, la mayoría de estos puestos de venta configuran un paisaje variopinto de contaminación visual y auditiva que desdibuja el carácter peatonal de esta vía ibaguereña.

Foto carrera tercera entre calles 12 y 13: el autor

Otro aspecto inquietante es el uso indebido de la calle como parqueadero de motocicletas, incluso por parte de la fuerza pública. Esta práctica contradice el propósito de la peatonalización, reduce el espacio público efectivo y afecta tanto al comercio formal como informal, además de dificultar el desplazamiento de los peatones.

Foto carrera tercera entre calles 14 y 15: el autor

El futuro de la carrera tercera no puede depender únicamente de medidas restrictivas o de operativos de control. Se requiere una perspectiva integral que involucre a la academia, a los agentes territoriales con voluntad política (Secretaría de Planeación Municipal, Dirección de Espacio Público, Secretaría de Infraestructura, Secretaría de tránsito, Secretaría de educación), a los residentes, a los usuarios del espacio público, a la empresa privada y a los propios vendedores informales en un proceso de diálogo y co-creación. La organización del espacio público debe ser una prioridad, buscando soluciones que beneficien a todos los actores que hacen uso de esta vía.

Algunas iniciativas pueden incluir pruebas piloto de placemaking y urbanismo táctico con un enfoque en la sostenibilidad urbana. Estas podrían contemplar la delimitación de áreas específicas para el comercio informal, el diseño de puestos de trabajo que se ajusten a la oferta de productos y servicios, la implementación de tecnologías limpias para la preparación de alimentos y campañas de sensibilización sobre el cuidado del espacio público.

De este modo, la calle se beneficiaría de una propuesta que priorice al peatón y fomente un comercio más organizado y sostenible, ya que la propuesta podría incrementar el atractivo de la zona y convertirse en un modelo de intervención urbana replicable en otras ciudades del país.

En este hilo de ideas, una propuesta ambiciosa que valdría la pena estudiar sería la extensión de la calle peatonal desde la calle 15 hasta la calle 19. Por supuesto, habría que considerar el paso que atraviesa la doble calzada, lo que obligará a pensar en la solución más conveniente: ¿un ejercicio de semaforización inteligente? ¿Un puente peatonal? ¿O tal vez una combinación de ambas opciones?, acompañada de una campaña de sensibilización y educación vial. Quizá surja otra alternativa no prevista en estas líneas, proveniente del diálogo y la propuesta participativa…

Por otra parte, conviene subrayar que durante la administración municipal anterior, a través del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP), se llevaron a cabo estudios y diseños en los que participaron activamente algunos propietarios, representantes de establecimientos comerciales con negocios ubicados en el corredor vial y otros actores dolientes de las problemáticas presentes en esta calle, para abordar problemas como la inseguridad en el tramo de vía contiguo al Parque Galarza, el posible aumento de vendedores ambulantes, la mejora del alumbrado público, entre otros aspectos. 

También, se tiene conocimiento de un piloto realizado en el 2023, que contemplaba el cierre de la carrera Tercera, entre la calle 15 y 17, con el fin de evaluar el comportamiento urbano simulando la peatonalización; sin embargo, a la luz de hoy se desconoce el estado de estas iniciativas.

Foto carrera tercera entre calles 15 y 16: el autor

Así, reitero la invitación a todos los que habitamos temporalmente esta emblemática calle para que nos unamos en un proceso de reflexión y reimaginación colectiva. 

Repensemos juntos la carrera tercera de manera participativa, con el objetivo de materializar una versión mejorada de este espacio público, que responda a las necesidades sentidas de quienes lo utilizamos y favorezca la integración social, la seguridad, la accesibilidad, el orden y la sostenibilidad urbana.

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