Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Opinión

Eutanasia: una decisión difícil, pero sobre todo ... libre

Eutanasia: una decisión difícil, pero sobre todo ... libre

*Por: Andrés Felipe Barragán Torres


La muerte médicamente asistida es un procedimiento, que al igual que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), ha sido sujeto de debate en el cual, algunos adjudican concepciones religiosas en el marco de los Derechos de las personas; esto, con el objetivo de enmarcar la discusión en la apreciación divina de las máximas deidades de cada religión y su validez moral, desafortunado trayecto para la discusión.

Mi osada posición se debe a que dentro de la concepción generalizada en la sociedad con respecto al derecho a la vida, no se ha contemplado la connotación de dignidad y tampoco del poco reconocido,Derecho a morir dignamente’; de esta manera, el vivir no debe ser el enfrascado escenario ineludible que es independiente de las condiciones mínimas de vida, ni mucho menos porque el dictamen divino establece las limitaciones propias de nuestras decisiones a vivir o morir con dignidad.

"Hay un Dios que todo lo ve", "Ǫuien da vida y quien la quita sólo puede ser Dios". "No es valentía, es falta de una entrega a Dios".

La espiritualidad no sólo es la entrega a nuestras convicciones, sino también, comprender la de los demás; solamente cuando entendemos el dolor ajeno, la apropiación de la dignidad de cada uno, la limitación física individual y condicionante, es cuando asimilamos que quien transcurre ese sendero de vida, es aquel que cuenta con la libertad de decidir sobre su camino y cómo se permite hacerlo.

Desafortunadamente algunas doctrinas religiosas pretenden arrebatarnos hasta el derecho de decidir libremente nuestras nociones, cómo debemos contemplar nuestra individualidad sexual o amorosa, y más atrevida aún, nuestra capacidad de discernir entre el dolor propio o familiar que se está dispuesto a tolerar o no.

Valientes son aquellos que no se doblegan ante el paradigma de las doctrinas y sobreponen su libertad, dignidad y autonomía por encima de quien los pretende subyugar moralmente; anteponen su autoconcepto porque se deben así mismos y porque la espiritualidad los alimenta, no los limita; valientes son quienes entienden que su dolor no es propio solamente, sino también de quienes los rodean, los aman y los reconocen como cercanos. El dolor, más allá de todos sus múltiples significados, es el camino que todos debemos estar en Derecho a decidir de qué manera nos permea y finiquitamos.

La libertad para trazar nuestros límites nos constituye íntegramente, este es el derecho que nunca nos debe ser arrebatado, el derecho a vivir con dignidad, pero también el derecho a perecer.

 

Siguenos en WhatsApp

Artículos Relacionados