Por Oscar Viña Pardo

El senador Roy Barreras es el típico ejemplo del político camaleónico de los últimos tiempos. Junto al hoy Embajador en Caracas Armando Benedetti han pasado de movimiento o partido político sin que nada pasara. 

Recordemos que Barreras inició en el Nuevo Liberalismo de los Galán en el 2000.  Para el 2006 ya era parte de Cambio Radical hasta el 2009, año que fue expulsado de esa colectividad y pasa a la U de Juan Manuel Santos, donde también fue expulsado en el 2020, llegando así al Pacto Histórico.  

"El Consejo de Estado anula la elección de Roy Barreras, al concluir que incurrió en doble militancia, por incumplir su deber de renunciar a su curul 12 meses antes de la fecha de inscripciones para elecciones de congreso periodo 2022 - 2026, para presentarse por otra colectividad", informó el tribunal. 

El transfuguismo político se refiere a la práctica de cambiar de partido político después de haber sido elegido como representante popular. Ahora cuando se están armando las listas los aspirantes y actuales concejales y diputados deben tener claro las consecuencias de no actuar en derecho en los tiempos estimados por la Ley. 

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Vale la pena recordar que fue el mismo Congreso en el año 2003 el que incluyó en la reforma política de entonces medidas especiales para combatir el transfuguismo como es precisamente la pérdida automática del cargo para los elegidos por votación popular que cambien de partido, dando así coherencia al actuar desde los ideales de los partidos políticos. 

Roy Barreras acaba de crear un nuevo movimiento, su quinta afiliación, La Fuerza de la Paz, que desde el año anterior ha tomado forma y nos demuestra que ese tema puede seguir siendo caballito de batalla, porque al existir tantos partidos, se presta mucho más desde el caudillismo para estar en uno u otro movimiento, sin importar los electores. 

Pero la Corte ya habló y de ahí para adelante el juego es diferente. Pero los políticos siempre dicen: amanecerá y veremos.