Opinión
El héroe de la puerta
Por Sebastián Alvarado
Una noche en la clínica Avidanti de la ciudad de Ibagué y ver miles de problemas en la sala de urgencias: el maltrato a los médicos por parte de uno que otro desadaptado, la demora en la atención para algunas urgencias por la falta de cuidados administrativos, casos médicos impactantes, entre otras situaciones.
Me encuentro con el vigilante de esta sala de urgencias, quien me dice que se llama Gustavo Lozano. Es la persona que está pendiente del bienestar de los usuarios y de guiarlos y acompañarlos.
Esa misma noche llegó una paciente delicada de salud con dolor abdominal. Lloraba por su dolor, además decía que se sentía mareada. Aspecto que a Gustavo le generó una gran impresión, y de inmediato empezó a ayudar para agilizar el triage de cada paciente; respetando los turnos de llegada de los usuarios, ayuda a la señora de la recepción para registrar a las personas, e incluso se toma la molestia de preguntarle a los médicos qué paciente puede seguir. Todo con el fin de mejorar la atención de urgencias. A pesar de que la clínica Avidanti de Ibagué, es un centro de salud estigmatizado debido a sus problemas en la atención al usuario, por los antecedentes de algunos de sus médicos con pacientes, Gustavo se esmera en hacer cambiar esa imagen.
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Que sirva esta pequeña historia para agradecer el trabajo que cumple Gustavo y tantos trabajadores de la salud que con su esfuerzo ayudan a salvar vidas, acalamar dolores, a brindar calidad de vida. Es un personal que mucha gente maltrata, que desconoce el sacrificio que hace para cumplir una buena labor de servicio. Gracias a Gustavo en representación de la gran mayoría de vigilantes por su entrega, a los médicos y todo el personal de la salud, no es fácil lo que hacen, pero ahí están siempre, listos a servir.
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