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Opinión

El dolor de ciudad excluyente

El dolor de ciudad excluyente

Sorpresa e indignación me causa las voces de apoyo a la cadena de supermercados Mercacentro por el cierre temporal del establecimiento 24 horas, ubicado en la carrera quinta con 37. NO vi esa manifestación cuando cerraron tres hospitales y clínicas nivel 2 y 3 de atención en esta misma ciudad, y que dejó sin empleo a más de 500 personas.  Clínica Minerva, Federico Lleras sede Limonar y Asimed, antigua Saludcopp de la calle 60 y sin una buena salud a más de 300 ciudadanos. 

Pareciera que el ser patrocinador de medios de comunicación le permite a la cadena tener un reforzamiento en el imaginario sobre lo que se puede hacer desde radio, prensa e internet, especialmente, así sea por encima de la ley.  Olvidamos que existe un bien común que está por encima del bien personal o de 20 personas que dependen de este lugar. 

Indignación también causa el manejo del lenguaje del mandatario local Guillermo Alfonso Jaramillo, quien a su estilo personal hace que su relación con empresarios sea cada vez más distante. Alcalde no es lo mismo decir hay popo en la mansarda a decir  hay mierda en la azotea.  Su personalidad y forma de hablar es algo a lo que estamos acostumbrados, pero no olvide que usted es la imagen de la institución pública más importante del municipio, es el referente de los niños, jóvenes y adultos y cuando da tanta papaya a medios de comunicación se alimenta esa cadena de malos entendidos donde perdemos todos como ciudadanos. 

Sigo sin entender a mis conciudadanos.  No somos dolientes de las grandes causas. No respetamos la ciudad, no la queremos. Seguimos esperando que otros hagan lo que corresponde hacer como ibaguereños, como tolimenses. Es un problema cultural, de educación que debemos empezar a cambiar. Otro ejemplo claro es la posición de empresarios por ejemplo frente a los escenarios de Juegos Nacionales, hablan mucho pero  hacen poco. Cortemos la tela por el lado que queramos, pero hilemos desde la diferencia para hacer de Ibagué la ciudad que soñamos. Ayudemos a construir. Ojalá los empresarios no se sientan porque digo estas palabras. 

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