Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Opinión

El agua es sinónimo de vida, ¿Qué tan vivos estamos?

El agua es sinónimo de vida, ¿Qué tan vivos estamos?

Por Jonathan J. Ortiz T. - Geólogo. Investigador académico


El departamento del Tolima se localiza en la macrocuenca del Río Magdalena, cuenta con más de 315.000 Hectáreas correspondientes a ecosistemas de paramos desde Herveo hasta Planadas, más de 1.345 espejos de agua de los cuales al menos 727 corresponden a humedales.

Su capital Ibagué, la musical de Colombia, es cabecera de aguas, dado que en la ciudad nacen varios ríos que desembocan en el Río Magdalena. La Cuenca Mayor del Río Coello (que recibe al Combeima y al Cocora), el Chipalo, Alvarado y La China, los cuales vierten sus aguas a la Cuenca Mayor del Río Totare y en el centro nace la Cuenca Mayor del Río Opia.

Esas tres cuencas conforman una región que comprende nueve municipios alrededor de Ibagué́: Anzoátegui, Alvarado, Piedras, Coello, Flandes, El Espinal, Valle de San Juan, San Luis, Rovira y Cajamarca.  Lo cierto, es que la ciudad de Ibagué y el departamento del Tolima cuenta con múltiples beneficios en términos hídricos, con gran potencial de agua superficial y subterránea (Acuífero de Ibagué) que recorre la totalidad de su jurisdicción, esto se debe en gran medida a que por nuestra zona corren los drenajes que nacen en los glaciares emanando el agua de vida.


El desordenamiento territorial en la ciudad de Ibagué hace parte de la respuesta; la ciudad no ha crecido, se ha extendido


Y sí… el agua es vida; el agua es el factor abiótico más importante en el mundo y es el principal constituyente del medio en que vivimos y toda materia viva. Sin embargo, esa misma abundancia del agua ha sido la que lleva al ser humano a menospreciar la importancia de cuidarla y darle un uso adecuado. Si somos tan ricos en términos hídricos… ¿Por qué no tenemos agua? Es uno de los cuestionamientos fundamentales que debe hacerse cada habitante de esta hermosa ciudad y departamento.

El desordenamiento territorial en la ciudad de Ibagué hace parte de la respuesta; la ciudad no ha crecido, se ha extendido; y esto se refleja en los parámetros que nos miden como ciudad año a año. En términos de empleabilidad y calidad de vida seguimos igual; superar esas barreras si significaría un crecimiento.

Pero este no es el caso; quienes sí han crecido, han sido unos pocos a los cuales se les ha garantizado su crecimiento económico a partir del otorgamiento de licencias urbanísticas que no cuentan con los mínimos para su construcción (Servicios públicos).

El acceso al agua potable y servicios de saneamiento adecuados son vitales para la salud de los humanos. la realidad de ciudad hoy en términos hídricos se ha agudizado y han venido presentando problemas con la prestación del servicio de acueducto y alcantarillado, dejando a sus habitantes con acceso intermitente al recurso hídrico; y es que del 100% del agua tratada en la ciudad (agua potable) el 52% se pierde en fugas. ¿Lo sabía?, el deteriorado acueducto pierde gran cantidad del agua que se trata.

Sin embargo, la administración del “hacer” planea seguir captando agua de cuanta quebrada se atraviese, ¿Por qué no ir arreglando el deteriorado acueducto? ¿No es mejor opción dejar de botar el agua?; Interrogantes que desde nuestra visión como ciudadanos debemos plantearnos.

A la falta de eficiencia en el sistema de distribución y recolección de agua se suma la conformación topográfica de la ciudad que genera también una serie de problemas, por ejemplo: hay gente que vive por encima del perímetro hidráulico, estas personas no tienen acceso al agua potable por el sector en el que se encuentran, es decir se encuentran 100 metros por encima de la planta de producción y distribución.

En el afán de dar solución, se llega a la trágica realidad de brindar agua que no cumple con los mínimos para ser agua potable; agua que recorre la ciudad en un canal abierto al cual llegan todo tipo de residuos, metales pesados, estos últimos no se pueden tratar simplemente con una planta de tratamiento convencional; y se consume en un complejo urbanístico de mas de 11.000 viviendas.

El agua es vida… ¿Qué tan vivos estamos?

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