Por: Jonathan Ortiz  - Geólogo

En medio de la crisis actual de racionamiento de agua y energía en Colombia, la diversificación energética se presenta como una solución crucial para garantizar la sostenibilidad y la seguridad en el suministro de energía.

Históricamente, Colombia ha confiado en la energía hidroeléctrica como su principal fuente de generación. Sin embargo, la reciente disminución de los niveles de agua en los embalses ha dejado al país vulnerable a cortes de energía y racionamientos. La dependencia excesiva de una sola fuente nos expone a riesgos significativos.

Dependemos en gran medida de la energía hidroeléctrica, pero esta vulnerabilidad nos obliga a considerar otras fuentes. La diversificación energética implica no depender exclusivamente de una sola fuente, sino explorar alternativas más robustas. Al diversificar nuestras fuentes de energía, reducimos la presión sobre recursos naturales específicos (como el agua en el caso de la hidroeléctrica).

Fuentes renovables como la solar y la eólica son más sostenibles a largo plazo, la diversificación crea oportunidades económicas al impulsar nuevas industrias y empleos en el sector energético.

Energía Solar: Nuestro país cuenta con abundante luz solar durante todo el año. La inversión en paneles solares y plantas fotovoltaicas podría reducir nuestra dependencia de las fuentes hídricas y proporcionar una fuente limpia y constante de energía.

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Energía Eólica: Las regiones costeras y montañosas ofrecen oportunidades para la energía eólica. Turbinas eólicas pueden aprovechar los vientos y diversificar nuestra matriz energética.

Biomasa y Biogás: La biomasa y los residuos orgánicos pueden convertirse en energía. Las plantas de biogás pueden generar electricidad a partir de desechos, contribuyendo a la diversificación.

Energía Geotérmica: Aprovechar el calor del subsuelo a través de la energía geotérmica es otra opción. Colombia tiene actividad volcánica, lo que podría ser una fuente valiosa.

La diversificación energética no solo es una respuesta a la crisis actual, sino una estrategia para construir un sistema energético más resistente a futuras perturbaciones. Colombia tiene el potencial para liderar este cambio y garantizar un suministro de energía sostenible para las generaciones venideras. ¡Es hora de actuar!