Opinión
Colombia alzó su voz: ¡No más Petro!
Por Felipe Ferro - Diputado Asamblea Departamental del Tolima. Partido Centro Democrático
Ayer, Colombia fue un río desbordado de dignidad y coraje. Desde los rincones más apartados hasta las grandes ciudades, cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles para gritar al unísono: ¡No más Petro!.
Fue una marcha que simbolizó la lucha de un pueblo cansado de las promesas incumplidas, la corrupción galopante y las reformas ideologizadas que amenazan con hundir al país en el abismo.
En Tolima, tierra de gente trabajadora y aguerrida, no fuimos la excepción. Aquí, en Ibagué, hombres, mujeres, jóvenes y ancianos marchamos en paz, sin violencia ni vandalismo, demostrando que las verdaderas transformaciones nacen de la democracia y la unión.
El clamor de las calles fue un eco de indignación que atraviesa a todas las generaciones y sectores sociales. Porque no se trata de ideologías, sino de sentido común y amor por la patria. Estamos cansados de un gobierno que ha convertido la corrupción en su bandera; un gobierno que le roba descaradamente a los más vulnerables mientras predica solidaridad con los pobres. Cada reforma que impulsa Petro es un dardo envenenado: golpea el bolsillo de las familias, destruye empresas y empobrece a los trabajadores.
Lo vimos en la forma en que están desmantelando Ecopetrol, la joya de la corona, esa empresa que por décadas ha sido orgullo nacional y motor económico. Ahora, sus decisiones ideologizadas amenazan con llevarla a la ruina. Y no podemos dejar de mencionar al Icetex, que durante años permitió que miles de jóvenes accedieran a la educación superior. Hoy, está al borde del colapso, víctima de políticas improvisadas que desconocen la realidad del país.
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Este gobierno ha sido un torbellino que arrasa con la economía, dejando tras de sí una estela de pobreza y desconfianza. Y el pueblo, ese que Petro prometió defender, ha dicho basta. La marcha fue un acto de valentía, de decirle al mundo que no estamos dispuestos a ver cómo hunden a Colombia. Somos un país grande, con un potencial infinito, y no permitiremos que lo sigan destruyendo por caprichos políticos o utopías mal diseñadas.
Ayer, en las calles, quedó claro que Colombia no está dormida. Somos un pueblo que se levanta, que defiende lo que ama, que no se resigna a ver cómo destruyen el futuro de nuestros hijos.
A Petro y a su gobierno les decimos con firmeza: ¡No más! Aquí está la Colombia real, la que no se deja comprar ni callar, la que lucha por su libertad, su dignidad y su futuro. Hoy marchamos, mañana votaremos, y siempre, siempre lucharemos.
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