Por Felipe Ferro - Presidente de la Asamblea Departamental del Tolima

En tiempos de incertidumbre y caos, cuando la sociedad parece tambalear ante las crisis morales y éticas, surge una verdad tan poderosa como innegable: la familia es la piedra angular de nuestra existencia.

No hay institución más relevante, más esencial, más fundamental que la familia. Como lo dijo nuestro presidente Álvaro Uribe, “en las crisis de las sociedades, el factor más determinante es que el concepto de familia ha dejado de funcionar”. Hoy más que nunca, el Centro Democrático tiene el deber de defender esta institución sagrada que es, sin duda, el núcleo vital de nuestra sociedad.

La familia no es simplemente un conjunto de individuos que comparten un apellido o un techo. Es el refugio donde se forjan los valores, se cultiva el amor y se construye el carácter. Es, en esencia, la escuela de la vida. Cuando la familia se debilita, las sociedades empiezan a desmoronarse.

La ausencia de la familia es como un árbol sin raíces: queda expuesto a los vientos más fuertes y a las tormentas más feroces, perdiendo su estabilidad y su propósito. ¿Cómo no defender la familia si es el primer espacio donde se aprende a ser ciudadano, donde se interiorizan los derechos y deberes, donde se siembra la semilla del bien común?.-

En nuestro partido, entendemos que el fortalecimiento del concepto de la familia como un pilar innegociable para la construcción de una sociedad justa y próspera. El Centro Democrático siempre ha creído en el poder regenerador de la familia, no solo como la célula básica de la sociedad, sino como la fuente de los valores que deben regir nuestra vida en comunidad. La defensa de la familia no es solo una postura política; es un deber moral, un acto de resistencia ante un mundo que intenta desdibujar su importancia y reducirla a un simple concepto arcaico.

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Es por esto que no solo nos preocupamos por lo que representa la familia, sino también por otras instituciones fundamentales como las iglesias, que han jugado un rol esencial en nuestras comunidades. Desde la Asamblea, aprobamos la modificación de la Política de Libertad Religiosa en Tolima, reconociendo el valor de estas instituciones en la cohesión social. Las iglesias, más allá de las diferencias de credo, han sido el apoyo donde muchas veces la institucionalidad no llega, actuando como faros de esperanza en medio de la oscuridad.

Defender la familia es defender el futuro de nuestra nación. Es asegurar que las próximas generaciones tengan un cimiento sólido sobre el cual construir sus vidas. Nuestro partido, el Centro Democrático, está llamado a ser el guardián de este legado. Si la familia se derrumba, se derrumba la sociedad entera. Y por ello, como soldados de los valores y la decencia, no podemos permitir que esto suceda. Defenderemos el concepto de familia con la misma fuerza con la que defendemos la libertad, porque al final, ambas son las que nos permiten ser verdaderamente humanos.